
Luis Álvarez-Satorre es un histórico de las telecos en España que, tras dirigir la filial de BT, saltó a Londres para hacerse cargo de la división que abastece de servicios tecnológicos a 5.500 multinacionales y grandes organizaciones de más de 170 países (un negocio de 5.724 millones de euros). La inteligencia artificial, el machine learning o el Big Data son conceptos que están en su agenda diaria. Estos días participa en el World Economic Forum de Davos. Descárguese la revista elEconomista Tecnología Digital.
¿Qué espera de Davos?
Es la sexta vez que acudo y creo que siempre es una gran oportunidad para los españoles que venimos poder transmitir un mensaje de optimismo sobre nuestro país, sobre todos los esfuerzos que se están haciendo para mejorar. Al margen de la compañía a la que representemos, creo que ese es nuestro papel como españoles.
¿Cuáles cree que van a ser los temas destacados?
Vivimos en un mundo en el que la incertidumbre se ha convertido en la nueva norma. En 2016 se produjeron algunos fenómenos inesperados, pero la sociedad y la transformación digital deben continuar avanzando y estar por encima del Brexit, de Trump, del referéndum en Italia, de otras elecciones... o de cualquier evento inesperado que se pueda producir. El reto que tenemos los líderes es ayudar a los ciudadanos y a las empresas en esos entornos de inestabilidad, garantizar que continúen con sus proyectos, evitando ansiedad innecesaria.
¿Qué opinión tiene del Brexit?
Como compañía, respetamos la decisión que se ha tomado en el referéndum. Sí tenemos varios mensajes o peticiones. Sería una pena perder en Europa la movilidad del talento. También pediríamos que no hubiera restricciones de flujo de datos porque eso nos permite relacionarnos a las empresas. Y hay proyectos de investigación con la UE que sería una pena dejar al lado...
¿Cuál cree que sería la situación idónea?
Tiene que haber un mecanismo para que se asegure un mercado único aunque sea un mercado único con algunas variantes. Es algo muy importante porque cada vez más las personas que viven en distintos países quieren tener mismas aplicaciones y soluciones tecnológicas.
En ese proceso de transformación digital con grandes organizaciones, ¿han detectado algo común a todas ellas?
Sí, la mayoría comparte tres áreas identificadas. La primera, todo lo relacionado con el empleado digital: las compañías necesitan profesionales capaces de trabajar al mismo tiempo en distintos países. Esa agilidad está llevando a una mayor competitividad. La segunda área afecta a todo lo que tiene que ver con el consumidor digital, que es multicanal y accede a los servicios de estas empresas desde distintos medios y dispositivos, lo que nos lleva a hablar de reforzar la seguridad como algo crítico. El tercer área afecta a la industria 4.0 o a la creación de negocios que antes no existían (Uber...).
¿Qué sector va a sufrir una revolución más drástica?
Cuantos menos activos físicos tiene una compañía, más rápida es su transformación digital. En el caso de empresas de seguros, por ejemplo, se podrán ofrecer nuevos servicios y que el seguro de un conductor esté ligado a cómo se comporta. Si conduce más y peor, pagará más y si conduce menos y mejor, pagará menos. Es un ejemplo.
Todo eso también tiene bastante que ver con los avances en machine learning e inteligencia artificial. ¿Habrá límites?
Como CEO, creo que un robot podrá reemplazarme algún día. Oigo muchas veces decir que la inteligencia artificial va a eliminar trabajos. Yo soy más de la teoría de que estas tecnologías van a eliminar y simplificar tareas. Eso nos llevará a tener una calidad mayor de nuestros trabajos. Si yo puedo tener a un compañero que es un robot y que va aprendiendo de las tareas rutinarias y que las va haciendo automáticamente, pues mucho mejor.
¿Los trabajos serán más flexibles?
Cada vez vemos a más gente que prefiere tener un trabajo más ágil en horarios que un puesto tradicional como teníamos hasta ahora.
¿Desaparecerán muchos perfiles profesionales?
Muchas tareas van a desaparecer, porque la propia gente que las hace tampoco añade ningún valor añadido y no les permite profesionalmente disfrutar de su trabajo. Por ejemplo, un servicio de call center al que llamas para que te reseteen la contraseña, pues lo puede hacer un ordenador sin problema.
¿Cuál ha sido el último dispositivo que le ha sorprendido?
Ahora estoy probando el asistente personal Alexa de Amazon y la verdad es que es apasionante poder preguntar cosas o dar instrucciones y pedir que ponga música y que acceda a mis listas de Spotify o me recuerde citas y me envíe alertas...
¿Es capaz de recordar cómo trabajábamos cuando no había Internet?
Como lo viví, tengo la suerte de poder imaginarlo y ver cómo han cambiado un montón de cosas. Para mí es una maravilla vivir conectado. Sí creo que debe de existir una educación y que cada cual tome esa decisión personal de cómo de conectado quiere estar. También hay gente que dice que hay demasiada información. Yo les digo que sólo hay que saber cómo utilizarla.