
Apple ha registrado una patente ante la oficina de propiedad industrial de Estados Unidos que podría hacer la vida un poco más sencilla a los usuarios de sus dispositivos móviles, especialmente a los propietarios del iPhone: un autocorrector que sí es inteligente.
Desde los primeros modelos, los desarrolladores de los teléfonos de Apple se dieron cuenta de que, en un teclado forzosamente pequeño para ajustarse a la pantalla, es inevitable que los usuarios cometan multitud de errores a la hora de teclear. Y eso, por no hablar de aquellos clientes que no emplearon el tiempo suficiente en aprender la ortografía de su idioma y baten indiscriminadamente las letras con los fonemas que les corresponden.
Por eso el diccionario autocorrector ha ido mejorando con el paso del tiempo, se le han añadido modales de inteligencia artificial y es capaz incluso de predecir qué vamos a decir a continuación. El problema es que el programa se cree demasiado listo, y cambia las palabras sin avisar.
En Cupertino no han dejado de darle vueltas a la cabeza para decidir cómo se podría mejorar el sistema (excepción hecha de la simple opción de desactivarlo), y han llegado a la conclusión de que el invento merece una patente, que Apple describe como sigue:
"Una cadena de caracteres introducida, que es parte de un borrador de un mensaje electrónico, es recibida. El borrador del mensaje electrónico es modificado al reemplazarse la cadena de caracteres introducida, por otra". Hasta aquí lo que ya sucede, y a partir de aquí, la descripción de la invención: "La cadena de caracteres de reemplazo se distingue visualmente en el texto escrito de otras cadenas de caracteres".

O lo que viene siendo lo mismo, el nuevo autocorrector de iOS avisaría al usuario de que su texto ha sido retocado por la inteligencia artificial, para que confirme antes de enviar el mensaje que la intervención de la máquina es útil y no hará sonrojar al revisor. Perdón: al emisor.