
La Comisión Europea anunciaba al final del viernes de la semana pasada una de las mayores multas a una tecnológica, casi 3.000 millones contra Google por abuso de posición dominante en el mercado publicitario online. Bruselas temía que tal decisión implicara amenazas por parte del Ejecutivo de Donald Trump, por eso actuaba con cautela. Y tales vaticinios se han convertido en realidad. Sin embargo, el Ejecutivo comunitario asegura estar preparado para todas las posibilidades y con todas las herramientas sobre la mesa.
El presidente estadounidense reaccionaba en redes sociales con un mensaje en el que tachaba la actuación de Bruselas de "injusta" y "discriminatoria" e intimidaba a la UE con la activación de un procedimiento "para anular sanciones injustas que se están cobrando a esas empresas estadounidenses que pagan impuestos". En respuesta a tales amenazas, el portavoz comunitario, Olof Gill, ha asegurado que "como en cualquier circunstancia la Comisión está preparada para todas las posibilidades. Todas las opciones siguen sobre la mesa".
El portavoz comunitario ha rechazado realizar más comentarios sobre el mensaje del republicano. Sin dar detalles, Gill ha explicado que la conversación que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y Trump mantuvieron el viernes trató sobre Ucrania, considerando que la UE está preparando su próximo paquete de sanciones. Tampoco detalló si ese diálogo fue previo o posterior a que se conociera la nueva sanción económica a Google.
Durante el fin de semana el republicano anunció que varios líderes europeos lo visitarían esta semana en Washington, una cita en la que no estará presente la alemana.
El pasado viernes, Bruselas anunció una multa a Google de 2.950 millones de euros por abuso de posición dominante en el mercado de tecnología publicitaria online. Se trata de la segunda mayor multa impuesta por el Ejecutivo comunitario por infringir la normativa comunitaria antimonopolio. La primera se aplicó también al gigante tecnológico por abuso de posición dominante en el mercado comunitario a través de su sistema operativo Android, de aproximadamente 4.000 millones de euros.
La reacción de Trump no se hizo esperar. Su amenaza se apoya en la activación del procedimiento 301, por el cual se pueden anular sanciones injustas a firmas estadounidenses. Esta disposición permitiría a la Casa Blanca poner en marcha represalias comerciales contra países que aplican políticas comerciales injustas contra las firmas estadounidenses.
El republicano fue muy duro en su mensaje en redes sociales. Apuntó que Europa "golpea a otra gran compañía americana" y "quita dinero que podría ir, en su lugar, a inversiones y empleo estadounidense". Trump aseguró que su administración "no permitirá este tipo de acciones discriminatorias" y extendió la situación a otras compañías tecnológicas estadounidenses como Apple. "Debería recuperar su dinero", aseguró.
No obstante, Google tiene margen para remediar la situación. Concretamente cuenta con 60 días para poder proponer a Bruselas medidas con las que dar un paso atrás, como la venta de parte de su negocio de publicidad online como requería el Ejecutivo comunitario. Aunque la Comisión Europea dejó la puerta abierta a otras opciones para subsanar la situación a propuesta del gigante tecnológico.