Tecnología

Científicos descubren la verdad de dónde vino la onda de radio más potente del espacio exterior

CHIME Experiment

El espacio exterior continua siendo un gran desconocido para el ser humano, y es que a pesar de que recibimos y detectamos señales y fenómenos del más allá de manera continua, entenderlos y saber desde dónde se originan sigue siendo una de las grandes tareas pendientes.

Uno de los más peculiares, y que durante años ha vuelto locos a investigadores y astrónomos los pulsos breves de ondas de radio de altísima energía, conocidos como FRB. Dentro del sector que estudia este fenómeno, los expertos lo explican como si fueran la luz de un faro potentísimo que dura unos milisegundos entre una tormenta, y que por lo tanto ver estas señales es algo complicadísimo.

Y en consecuencia, conocer su origen y comprender la naturaleza de ellos lo es todavía más. No obstante, un grupo de investigadores de la Universidad Northwestern, en Estados Unidos, no solo ha logrado detectar un FRB, el cual es el más brillante jamás registrado hasta el momento, sino que también han conseguido rastrear su origen con una precisión sin precedentes.

Fue en marzo de 2025 que se registró este pulso que a pesar de durar solo unos milisegundos, pudo liberar tanta energía como la que el Sol produce en cuatro días. La clave de la investigación reside en el nuevo método de análisis, el cual permitió a los investigadores decretar que el origen de este fenómeno estaba en un brazo de una galaxia espiral situada a 130 millones de años luz, en dirección a la constelación de la Osa Mayor.

Los científicos todavía no están seguros sobre qué es lo que produce las FRB, pero gracias a la utilización de herramientas como el radiotelescopio CHIME, en Canadá, y una subred de estaciones más pequeñas llamadas Outriggers, lograron detectar este destello de energía y poder interpretar su origen.

Estos han llegado a la conclusión de que por la enorme energía que liberó y la brevedad del fenómeno, todo apunta a que podría haberse originado en eventos cósmicos extremos, como fusiones de estrellas. La experiencia con este FRB, y el método que se ha utilizado para investigarlo, servirán para aplicar esta misma técnica de cara al futuro con otros fenómenos del estilo y poder indagar más en la comprensión de estos.

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