
Pangea Propulsion da un paso de gigante. La startup fundada, fundada en 2018 y que hasta hace tan solo una semana se denominaba Pangea Aerospace, ha trazado un plan a dos años vista para acelerar su crecimiento. Adrià Argemí, cofundador y consejero delegado de la compañía, cuenta el detalle en una entrevista con elEconomista.es.
Pangea anunció el 18 de marzo el cierre de una inversión de 23 millones de euros en una ronda Serie A liderada por Hyperion Fund, el fondo de Pablo Casado, con el apoyo de inversores actuales como Primo Capital, CDTI Innvierte, y el ex consejero delegado de Ariane Group André-Hubert Roussel. Pues bien, ahora la compañía se dispone a ampliar sus instalaciones de prueba de los sistemas de propulsión para la industria aeroespacial, que se sitúan en el Aeropuerto de Lleida-Alguaire.
Argemí detalla que el objetivo es crear dos nuevos bancos de ensayo —uno horizontal y otro vertical— con capacidades criogénicas, que permitirán a la empresa testear motores de hasta 100 toneladas. Con ello, Pangea Propulsion busca avanzar en el desarrollo de su motor Arcos con mayor libertad, agilidad y menor coste, además de contribuir a solventar una carencia clave en Europa: la limitada disponibilidad de infraestructuras para pruebas de motores, actualmente un importante obstáculo para el desarrollo del sector.
"Nuestro objetivo es poder realizar al menos una prueba por semana", asegura. Además, en paralelo, la startup, con sede en Barcelona y Toulouse -y con planes de abrir en EEUU-, trabaja en la ampliación de sus capacidades de integración y fabricación, con la apertura de una nueva nave industrial en la provincia de Barcelona. La ubicación exacta todavía no está definida.
"Esta instalación nos permitirá internalizar y optimizar procesos de producción de los subcomponentes de nuestros motores, complementando el trabajo que actualmente realizamos junto a nuestros partners. El foco estará en la fabricación avanzada de gran tamaño y la integración de todos los subcomponentes", explica Argemí. La inversión en la ampliación del centro de Lleida y en la nueva nave industrial rondará los 18 millones de euros. En resumen, la meta de Pangea es depender lo menos posible de terceros para mejorar en operatividad y eficiencia, redundando en un ahorro de costes. Por otro lado, centrará el tiro en ganar contratos.
"Estamos empezando a preparar propuestas de contratos más grandes. Ahora mismo estamos en cifras de un solo dígito y queremos pasar a dos", apunta el directivo. Actualmente, mantiene ocho activos entre clientes privados e instituciones, y colabora estrechamente con la Agencia Espacial Europea (ESA), la agencia espacial francesa CNES y la Agencia Espacial Española. Además del contrato para definir el motor europeo de alto empuje, trabaja con la ESA junto a un consorcio de empresas para diseñar, fabricar y validar las tecnologías de la próxima generación de motores de gran tamaño europeos. También está en distintos proyectos para el desarrollo e integración de su motor Arcos y la reutilización de estadios superiores utilizando tecnología aerospike.
Nueva etapa
Nació como desarrolladora de microlanzadores con una propuesta basada en su motor aerospike methalox. Así, la transformación del mercado y el análisis de su trayectoria permitieron identificar con claridad su mayor valor: el desarrollo de motores eficientes, sostenibles y competitivos, clave para acelerar el acceso y la movilidad en el espacio.
En esta nueva etapa tras el rebranding, consolida también la ampliación de su portfolio más allá del motor aerospike Arcos, incluyendo soluciones completas de propulsión para primera y segunda etapa de cohetes, así como motores de movilidad in-space, pensados para una amplia variedad de perfiles de misión y su motor de alto empuje en el que está trabajando en diferentes proyectos junto a las agencias europea y francesa. "Pangea ya no es una startup de microlanzadores, sino una compañía especializada exclusivamente en propulsión, con una propuesta clara para el futuro del acceso y la movilidad en el espacio", subrayan desde la firma, con un modelo de negocio similar al de Rolls-Royce en la aeronáutica.