
Donald Trump sigue con su campaña para atraer inversiones a EEUU. El presidente va a anunciar hoy que Apple se comprometerá a invertir otros 100.000 millones de dólares para llevar parte de su manufactura al país, la última promesa del gigante tecnológico para contentar a Trump y evitar aranceles punitivos sobre sus emblemáticos iPhones.
El anuncio, que se realizará en la Casa Blanca esta tarde a las 16.30 de Washington (22.30 en la península), según ha adelantado Bloomberg, incluirá un nuevo programa de fabricación diseñado para traer una mayor parte de la cadena de suministro de Apple a EEUU, con miras a fabricar componentes críticos adicionales en el país.
"La agenda económica 'EEUU Primero' del presidente Trump ha asegurado billones de dólares en inversiones que apoyan el empleo estadounidense y fortalecen a las empresas estadounidenses", declaró un portavoz de la Casa Blanca, Taylor Rogers, en un comunicado. "El anuncio de hoy con Apple representa otra victoria para nuestra industria manufacturera que, a la vez, ayudará a relocalizar la producción de componentes críticos para proteger la economía y la seguridad nacional del país".
La compañía ya había anunciado sus planes de invertir 500.000 millones de dólares en EEUU durante los próximos cuatro años, aunque ese gasto solo suponía un ligero aumento de 39.000 millones sobre su hoja de ruta previa a la victoria de Trump. Este anuncio, que aumentará ese compromiso a 600.000 millones de dólares, sí que supone un claro paso adelante, en un intento de satisfacer al presidente y evitar un mayor castigo arancelario.
Aunque la inversión prometida es sustancial, no alcanza el traslado total de la producción a EEUU que Trump deseaba. A principios de este año, el presidente amenazó con imponer a Apple un arancel de al menos el 25% si no trasladaba la fabricación del iPhone al país, un día después de reunirse con Tim Cook en la Casa Blanca.
Y los aranceles existentes ya están haciendo daño a la compañía. Apple anunció la semana pasada que sufrió un impacto de 800 millones de dólares por los aranceles en el trimestre de junio, y espera que sus costes por los impuestos establecidos por Trump crezcan hasta los 1.100 millones de dólares en el trimestre de septiembre.
Durante una llamada con analistas la semana pasada, Cook afirmó que la gran mayoría de los iPhones vendidos en EEUU provienen de India, mientras que la mayor parte de otros productos, como MacBooks, iPads y Apple Watches, se fabrican en Vietnam. El regreso de la producción a EEUU, particularmente en el caso del iPhone, supondría un gasto gigantesco para Apple, cuyas instalaciones en China e India emplean a varios cientos de miles de personas e involucran procesos muy personalizados. Abandonar todas esas plantas supondría perder los miles de millones invertidos en ellas, y tener que gastar otros miles de millones en reconstruir las plantas, las cadenas de suministro y las plantillas desde cero, con costes mucho más altos.
Para evitar tener que dar ese paso, Cook está intentando ofrecer concesiones parciales a Trump para lograr una exención arancelaria para los productos más importantes de la compañía. Trump quiere anunciar impuestos sobre todos los productos que contengan chips la próxima semana, que se suman a los 'aranceles a la carta' que el presidente aplicará a todo el mundo desde este jueves.
Cook ha tratado de cultivar el favor de Trump mediante una serie de reuniones y cenas privadas, y estuvo en un pequeño grupo de líderes tecnológicos, junto a Elon Musk, Sundar Pichai (Alphabet), Mark Zuckerberg (Meta) y el fundador de Amazon, Jeff Bezos, en la segunda toma de posesión de Trump.
A principios de este año, Trump anunció una inversión de 100.000 millones de dólares en centros de datos de IA de Oracle, SoftBank Group y OpenAI, con el objetivo de aumentar el total a más de 500.000 millones de dólares, en un intento por impulsar la innovación estadounidense en tecnología y tecnología artificial. OpenAI y Oracle anunciaron más tarde que desarrollarán 4,5 gigavatios de capacidad adicional en centros de datos estadounidenses en una colaboración ampliada.
El presidente también ha intensificado las colaboraciones con actores clave de la industria de los chips, anunciando que Nvidia, el rey de los chips para modelos de IA, planea producir infraestructura de IA por valor de otros 500.000 millones de dólares en EEUU durante los próximos cuatro años mediante colaboraciones de fabricación.
Trump también ha hecho de la obtención de inversiones un elemento clave en las negociaciones con otros países sobre aranceles. Parte del acuerdo de EEUU con la UE incluyó una promesa de Bruselas para invertir 600.000 millones de dólares en EEUU, mientras que el acuerdo con Japón incluye la creación de un fondo de 550.000 millones de dólares para realizar inversiones. Eso sí, tanto Japón como la UE no comparten la interpretación que hace Trump de esos acuerdos, y opinan que lo comprometido es simplemente mantener y aumentar ligeramente las inversiones ya existentes de firmas privadas, que rondan cifras similares a esas. Pero el magnate insiste en que, en su opinión, lo firmado supone que la UE y Japón "me entreguen dinero para que yo lo invierta en lo que yo quiera". Una divergencia que probablemente apunta a una nueva pelea en los próximos meses.