
Una de las claves y puntos más importantes de cualquier robo, es tener una (o varias) vías de escape una vez consigues lo que querías. Por eso, estar encerrado y a más de 10.000 metros de altura no parece el escenario ideal para cometer un hurto, pero aun así el pasajero del vuelo de Garuda Indonesia Airlines desde Yakarta a Melbourne, Michael Tjendara, perdió de vista su iPhone y cuando volvió ya no estaba ahí.
Fue el pasado 6 de junio, cuando Tjendara que iba de Indonesia a Australia dejó su iPhone en el bolsillo de su asiento mientras esperaba el despegue. Una vez en el aire, el usuario decidió cambiarse de sitio por otro mejor, algo bastante común en los vuelos que no van completamente llenos, pero con el desliz de que se olvidó llevarse consigo el teléfono.
Tan solo habían pasado unos minutos desde que se había cambiado cuando se dio cuenta de que se había dejado el iPhone en su asiento original, pero cuando se levantó y fue a cogerlo, este ya no estaba ahí.
Enfadado, informó rápidamente a la tripulación de abordo, Tjendara desconfiaba de todo el mundo, el del asiento de delante, el de atrás y de todos, y aunque no supiese quien había sido, estaba claro que el ladrón se encontraba dentro del avión, ya que no tenía escapatoria.
Las aerolíneas en estos casos tienen un protocolo y antes de desalojar el avión realizan una búsqueda y se coordinan con las autoridades locales al aterrizar, pero aun así, no lograron encontrarlo. La víctima fue a denunciar a la policía nada mas bajarse del avión, pero a parte de esto, tenía un as en la manga, disponía de otro iPhone y por lo tanto podía acceder a la función Buscar mi iPhone.
Al activar esta función, nada mas aterrizar a Melbourne, este comenzó a ver "miguitas de pan", ya que vio que su iPhone estaba encendido cerca del centro de artes de Melbourne, un poco más tarde observó cómo este se encontraba junto al Hotel Mercure que para su sorpresa y casi incredulidad, era el lugar donde la tripulación de la aerolínea se quedaba a dormir.
Más tarde observó como el dispositivo se empezó a mover de nuevo, hasta llegar al puente Evan Walker, y el último rastro del iPhone fue sobre el río Yarra, que cruza por debajo de dicho puente. Es decir, el ladrón arrojo el móvil al agua.
"Esto no es solo sobre un teléfono, es sobre la seguridad de todos los pasajeros en el futuro"
Tjendara que había ido recopilando pruebas e incluso publicando cada paso y descubrimiento que hacía en sus redes sociales se mostraba furiosos e incrédulo de lo que había vivido, el propio personal aéreo le había robado su teléfono, y acudió a la policía para acabar con el asunto.
Según hemos podido saber, la aerolínea suspendió de empleo y sueldo a toda la tripulación hasta que se esclareciesen los hechos, y por ahora desconocemos quién ha sido el autor, y si bien la víctima encontró algo de justicia y la compañía le compensó por lo ocurrido, el verdadero ladrón no se ha destapado y su iPhone sigue en el fondo del río.