Tecnología

"No sé cómo habría criado a mi hijo sin ChatGPT", la confesión más personal de Sam Altman

Imagen generada con inteligencia artificial

¿Cómo se cría un hijo cuando se dirige una de las compañías tecnológicas más poderosas del planeta? Para Sam Altman, la respuesta ha pasado por hacer preguntas —muchas— a ChatGPT. El director ejecutivo de OpenAI y reciente padre ha confesado que recurrió de forma constante al chatbot durante las primeras semanas de vida de su hijo. En lugar de buscar en Google o consultar foros de padres, Altman apostó por su propia tecnología.

En un mundo donde padres primerizos encuentran consuelo en cualquier fuente digital disponible a las tres de la madrugada, ¿es tan extraño que el creador de una IA conversacional la utilice como guía parental? ¿Estamos asistiendo al nacimiento de una nueva figura: el "padre con inteligencia artificial"? ¿O deberíamos encender todas las alarmas ante la idea de que incluso los niños pequeños empiecen a convivir con asistentes virtuales desde la cuna?

PadresGPT: La paternidad según Sam Altman

Durante su intervención en un pódcast, Sam Altman no esquivó lo personal. Lejos de una pose fría y técnica, habló como padre antes que como CEO. "Me describo como extremely kid-pilled", declaró, usando una jerga de internet que indica fascinación absoluta por el mundo infantil. Añadió: "Estaba constantemente usando ChatGPT para hacer preguntas sobre el comportamiento de los bebés durante las primeras semanas de vida de mi hijo".

Más allá de la anécdota, lo significativo es lo que revela sobre la relación entre un tecnólogo y su herramienta. Altman sabe que la humanidad ha criado hijos durante milenios sin ayuda digital. De hecho, él mismo lo reconoce: "Claramente, la gente ha sido capaz de cuidar bebés sin ChatGPT durante mucho tiempo". Pero enseguida matiza con una frase que lo dice todo: "No sé cómo lo habría hecho sin ella".

El mensaje de fondo es claro: incluso quienes diseñan estas herramientas acaban dependiendo de ellas en su vida personal. No se trata de un uso casual, sino de una relación de confianza activa, especialmente en momentos de estrés o incertidumbre.

De Google a ChatGPT: padres buscando respuestas

Durante décadas, los nuevos padres han pasado horas navegando por internet, devorando artículos de blogs, foros de crianza y grupos de Facebook para resolver dudas infantiles. Lo que cambia con ChatGPT es el canal, no necesariamente el hábito.

Como apunta la autora Amanda Silberling, "esto no es fundamentalmente distinto de buscar frenéticamente en Google preguntas sobre bebés". Lo que sí marca la diferencia es quién lo hace y cómo. Si el director de OpenAI, la empresa detrás de la tecnología, confía más en su propio chatbot que en los métodos tradicionales de búsqueda, es un indicio de hacia dónde podría evolucionar la relación entre usuarios y modelos de lenguaje.

Pero el dilema permanece: cuando las alucinaciones siguen siendo un problema en la IA, ¿es seguro confiar en ChatGPT para responder preguntas críticas sobre el cuidado infantil? En palabras del propio Altman: "No todo va a ser bueno. Habrá problemas".

El niño que confunde una revista con un iPad

Uno de los momentos más reveladores de la entrevista fue cuando Altman compartió una imagen que se le había quedado grabada: "Hay un vídeo que siempre me ha impactado, de un bebé o un niño pequeño con una de esas revistas brillantes, que toca la portada como si fuera un iPad".

Para él, esta escena resume la nueva realidad: los niños nacidos hoy crecerán en un mundo donde la inteligencia artificial será percibida como una constante. "Los niños nacidos ahora pensarán que el mundo siempre tuvo una IA extremadamente inteligente", señaló.

Este fenómeno no solo afecta a la percepción infantil de la tecnología, sino también a su relación emocional con ella. El riesgo, según Altman, es que se desarrollen "relaciones parasociales algo problemáticas, o quizás muy problemáticas", lo que obligará a la sociedad a "definir nuevos límites".

ChatGPT como compañero de juegos… o sustituto parental

Durante el pódcast, Andrew Mayne, excomunicador científico de OpenAI, relató un caso curioso: un padre cansado de hablar sobre Thomas the Tank Engine (un personaje infantil) activó el modo de voz de ChatGPT y dejó que la IA conversara con su hijo. "Una hora después, el niño seguía hablando de Thomas el tren", contó con humor.

Altman no dudó en responder con entusiasmo: "A los niños les encanta el modo de voz". Y aquí surge otra pregunta incómoda: ¿qué sucede cuando una IA se convierte en la principal fuente de conversación para un niño pequeño?

Aunque este tipo de interacción pueda parecer inofensiva, hay un matiz clave. Los medios infantiles tradicionales están creados por equipos humanos que pasan controles editoriales. En cambio, ChatGPT, por mucho que lo afine OpenAI, no tiene aún un modo infantil verificado ni controles parentales robustos. Su política actual desaconseja su uso en menores de 13 años.

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