
Prácticamente en todas las ciudades podemos encontrar grandes contenedores de la Cruz Roja u otras organizaciones benéficas destinados a la recogida de la ropa que está en buen estado pero ya no usamos porque nos queda pequeña o ya no nos gusta.
Es una buena forma de vaciar el armario, al mismo tiempo de contribuir para que las personas más necesitadas tengan acceso a ropa. Por norma general, solemos meter la ropa en el contenedor y olvidarnos de ella, no obstante, el influencer alemán Moe.Ha decidió realizar un experimento con esta, y decidió averiguar hasta donde llegaba la ropa que había donado.
En su caso metió un par de zapatillas dentro de uno de estos contenedores, pero metió una baliza GPS (como el AirTag de Apple) para poder rastrearlas a través de una app en su móvil. Tal y como cuenta en el vídeo, se sorprendió mucho al observar que sus zapatillas comenzaron a moverse rápidamente, y en cuestión de días pasaron por Austria, Eslovenia y Croacia para finalmente llegar definitivamente a Bosnia y Herzegovina.
Como este joven observó que las zapatillas llevaban varios días sin moverse, decidió ir a ver dónde habían acabado, ya que no entendía cómo habían ido a para a este país. Cogió un avión y se presentó donde la ubicación del GPS le marcaba, y para su sorpresa se trataba de un tienda de ropa de segunda mano.
Decidió comprar las que eran sus zapatillas por 10 euros, y le preguntó a los dependientes de la tienda la procedencia de las zapatillas, estos se limitaron a decir que venían de Alemania, pero en ningún momento mencionaron nada sobre que era de una donación.
A la pocas horas, el vídeo se volvió viral en TikTok, y tanto el influencer como millones de usuarios mostraron su enfado por esta práctica.
La respuesta de la Cruz Roja
Pero lo cierto es que este enfado era fruto del desconocimiento sobre cómo funciona la Cruz Roja y la recogida de ropa de segunda mano de estos contenedores. Y es que como explicó la organización:
"La Cruz Roja recibe entre 70.000 y 80.000 toneladas de ropa donada cada año. Esta se divide de la siguiente manera: el 10 % va directamente a las personas necesitadas, el 50 % se rompe y se recicla como materia prima, y el 40 % restante se vende a diversas tiendas de segunda mano. El dinero recaudado se destina a proyectos de ayuda de la Cruz Roja".
Y es que cuando las prendas no cumplen los requisitos para ser donadas directamente, las venden a este tipo de tiendas para poder reinvertir los beneficios en su misión humanitaria. La Cruz Roja es uno de los organismos humanitarios más importantes del mundo, siempre están ahí en situaciones de conflicto, desastre y emergencia, y aunque esta forma de tratar la ropa donada puede chocarnos, en ningún momento se debe dejar de hacerlo, ya que sin instituciones como esta lo más necesitados estarían en una situación todavía peor.