El hecho de que Elon Musk sea la persona más rica del mundo, y que varias de sus empresas estén liderando en sus respectivas áreas no es fruto de la casualidad, sino que es bien sabido que Musk demanda tanto a sus empleados como a sí mismo la implicación al 100% en sus proyectos.
En numerosas ocasiones se ha escuchado que el magnate incluso ha pasado temporadas de su vida viviendo en la oficina con el objetivo de sacar adelante un nuevo proyecto, o arreglar una situación de crisis que pueda vivir alguna de sus empresas, realizando esfuerzos que ningún otro magnate o CEO de una multinacional suele hacer.
En su llegada a la Casa Blanca para liderar el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, por sus siglas en inglés), Musk aseguró que él y su equipo llegaron a trabajar 120 horas a la semana para llevar a cabo los recortes necesarios, y para ponerlo en perspectiva una semana tienen un total de 168 horas.
Sin embargo, el periplo político de Musk (que ha terminado en divorcio con el presidente Donald Trump) ha afectado a esta devoción por su trabajo, y por ello, un grupo de inversores de Tesla envió a la junta directiva de la compañía una denuncian la falta de dedicación del magnate a Tesla en estos últimos meses, que ha provocado que la compañía pase por una de las peores crisis de su historia.
Este grupo de inversores, en el que se incluye la Federación Americana de Maestros, propietaria de 7,9 millones de acciones de Tesla, creen que el CEO ha sido demasiado ambiguo y por ello exigen medidas concretas para garantizar la buena gobernanza y la estabilidad de la compañía.
Los accionistas afirmaron que "las actividades externas del Sr. Musk parecen haberle quitado tiempo y atención de la gestión activa de las operaciones de Tesla, como cabría esperar de cualquier otro director ejecutivo de una empresa que cotiza en bolsa", haciendo referencia a la confesión de Musk que en estos últimos meses que solo ha podido dedicar un día a la gestión de sus empresas.
Llama la atención que el hombre que exigía a sus empleados dedicar 80 horas semanales a la empresa en sus momentos más difíciles, ahora reconozca que no le dedica más que unas pocas horas. Por eso en la carta dirigida a la presidenta del consejo de administración de Tesla, Robyn Denholm, exigen un nuevo plan de compensación para Musk que incluya el requisito de que dedique al menos 40 horas a la semana a dirigir la empresa.
"Solo queremos asegurarnos de que pueda dedicar suficiente tiempo a supervisar y, en el caso de los ejecutivos, a gestionar adecuadamente la empresa", declaró a Fortune Tejal Patel, director general de SOC Investment Group (uno de los inversores firmantes).
A parte de esto, los inversores exigen también un plan de sucesión en Tesla para el puesto de CEO, si bien no están pidiendo la cabeza del magnate, estos buscan la creación de una figura de emergencia para asumir el liderazgo de Tesla en caso de que Musk no esté disponible.