Ya a nadie le sorprende las excentricidades o locuras que dice o propone Elon Musk, y es que sobre todo en estos dos últimos años, el magnate y propietario de empresas como Tesla, Space X o Twitter (ahora X) ha desatado polémicas de manera semanal sobre prácticamente cualquier tema que puedas imaginar.
Este altavoz que tiene para que sus ideas tengan tanto impacto no solo se debe a que es el hombre más rico del mundo, sino que ahora es el mejor amigo de posiblemente el hombre más poderoso del mundo, el presidente de EEUU, Donald Trump. Esta explosiva combinación, como era de esperar, no ha dejado indiferente a nadie y casi cada día surge un nuevo capítulo para esta rocambolesca relación.
Trump contrató a Musk para su equipo, y lo colocó como el director de un nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, The Department of Government Efficiency), el cual tiene como objetivo principal reducir "significativamente" la plantilla de la Administración pública y recortar el gasto público.
Una acción preocupante, debido a que seis de las empresas de Musk están bajo investigaciones, quejas o han sido objeto de medidas regulatorias por parte de once agencias federales, sobre las cuales ahora este tiene la potestad para recortar personal. Pero esta situación tiene un escalón más de disparate, y según aseguró Musk en febrero, los empleados de DOGE están trabajando 120 horas a la semana para llevar a cabo los recortes necesarios.
Partimos de la base de que en una semana hay un total de 168 horas, y si es cierto lo que dice Musk, supondría que estas personas tan solo tendrían 48 horas semanales de tiempo libre, en las que tienen que dormir, comer, ducharse y demás aspectos de higiene personal y llegar y volver del trabajo, eso sin contar si quieren tener un momento de desconexión o de entretenimiento durante la semana.
Y es que si estos tan solo empleasen el tiempo libre que tienen para dormir, no llegarían ni a las 8 horas de sueño diarias que recomiendan todos los expertos, sino que se quedarían en las 6,8 horas al día, algo que ni es productivo ni mucho menos bueno para la salud.
Los hechos lo señalan y, por ejemplo, un estudio de 2014 de la Universidad de Stanford descubrió que la productividad por hora sufre un brusco descenso cuando una persona trabaja más de 50 horas a la semana, por lo que doblar esa cantidad debe ser incluso peor.
No sabemos si Musk tiró de farol o exageración para hacer ver que DOGE estaba trabajando duro en recortar el gasto público, pero lo que está claro que si es cierto, dicho departamento es una bomba de relojería que dejará de ser eficiente (sino lo ha hecho ya) porque es inhumano trabajar tanto.