
El hecho de que los smartphones se hayan convertido en prácticamente una extensión más de nuestro cuerpo y que consecuentemente sean cada vez más necesarios para realizar trámites o actividades de nuestro día, hace que toda la información y documentos que albergan sea muy valiosa.
Y es que hoy en día, lo que "esconden" nuestros teléfonos reflejan cómo somos en su plenitud, nuestro móvil nos conoce mejor que cualquier persona, y como decíamos contiene todo tipo de información, tanto personal como bancaria, ha convertido a los smartphones en uno de los objetivos más preciados por los ciberdelincuentes.
Por esa razón, la mayoría de ciberataques están diseñados para hacerse con el control de este dispositivo en concreto, porque la tasa de retorno para el ciberdelincuente es muy grande. Existen todo tipo de ataques y formas en las que consiguen infectar un dispositivo, muchas de ellas a partir de descargas de documentos fraudulentos o por ingresar en una web maliciosa, pero también hay otros tipo.
Por norma general también pensamos o tememos que nos podemos poner en peligro al conectarnos a una red WiFi abierta y pública, del mismo modo que nos da miedo conectarnos a otros aparatos por Bluetooth. Si bien es cierto que estas amenazas son reales y debemos tener cuidado con estos aspectos, una investigación realizada por Lumafield a principios de diciembre del año pasado revelaron que no es lo único que nos debería preocupar.
Al parecer, se ha descubierto que los cables USB-C han demostrado ser también un punto débil que podría poner en peligro nuestra ciberseguridad. El investigador y experto en la materia Thomas Roth, señaló esto al detectar una vulnerabilidad en el controlador USB-C de los iPhone 15 que permitía ejecutar un código malicioso en el móvil con tan solo conectarlo.
Si bien puedes pensar que es más complicado infectarse por conectar tu teléfono por USB que por WiFi o Bluetooth, es verdad que los atacantes tienen más facilidad con estas otras modalidades, pero el hecho de pedir un cargador en un bar, en una biblioteca o ponerlo a cargar en el transporte público es algo muy común, y en todos estos escenarios nos estamos exponiendo a ello.
Además al ser una modalidad de ataque más desconocida, en estos casos bajamos la guardia y no estamos atentos a esta amenaza, por lo que en el fondo puede ser incluso más fácil para los ciberdelincuentes infectar tu teléfono móvil y hacerse con el control de este.