
En plena era de la automatización, ¿realmente importa la forma en que hablamos con una máquina? Si la IA no tiene emociones ni conciencia, ¿qué diferencia hace ser cortés o directo e incluso a veces grosero con ella? Puede parecer irrelevante, pero investigaciones recientes están demostrando que la manera en que nos dirigimos a los sistemas de inteligencia artificial no solo influye en la calidad de sus respuestas, sino que también moldea nuestra propia inteligencia emocional y el clima organizacional en las empresas.
Desde la forma en que pedimos información a ChatGPT hasta cómo damos órdenes a un asistente de voz, el lenguaje que usamos afecta el rendimiento de estos sistemas. Más allá de la simple cortesía, ser educados con la IA podría ser un reflejo de cómo nos comportamos en el entorno laboral y cómo lideramos a otras personas. ¿Es posible que la forma en que tratamos a una máquina influya en la forma en que interactuamos con los demás?
La ciencia detrás de la cortesía con la IA
Estudios recientes han analizado el impacto de la educación y el respeto en las interacciones con ChatGPT y otras inteligencias artificiales en diferentes idiomas y culturas. Los resultados son sorprendentes: cuando los usuarios formulan preguntas o comandos con un tono cortés, la calidad de las respuestas mejora significativamente.
En concreto, una investigación japonesa recalcaba los siguientes puntos:
- Las respuestas de la IA son más precisas y completas cuando se emplean palabras como "por favor" o "gracias". En algunos casos, la calidad de los resultados mejora hasta un 30 %.
- Las órdenes groseras o bruscas aumentan los errores y los sesgos, lo que puede hacer que la IA omita información relevante o responda de manera menos útil.
- El impacto varía según el idioma y la cultura, lo que indica que la IA, al igual que los humanos, responde de manera diferente según el contexto en el que se le habla.
Estos hallazgos refuerzan la idea de que el lenguaje no solo es una herramienta de comunicación, sino también un factor que influye en la calidad del procesamiento de información, incluso en sistemas artificiales.
El vínculo entre la educación con la IA y el liderazgo humano
Más allá del impacto en el rendimiento de la IA, los investigadores han encontrado una relación directa entre la cortesía digital y la inteligencia emocional en el liderazgo. Quienes tratan con respeto a las máquinas tienden a ser líderes más empáticos y efectivos en sus relaciones humanas.
En el mundo corporativo, los directivos que utilizan un tono profesional y respetuoso con la tecnología suelen mostrar mayor paciencia y empatía** con sus equipos de trabajo y mejores habilidades de comunicación** en la resolución de conflictos.
Un estudio publicado en el Journal of Applied Psychology reveló que la falta de cortesía se propaga en las organizaciones como un "virus". Cuando un líder adopta una comunicación brusca o agresiva con la IA, es más probable que esa actitud se refleje en su trato con sus empleados. En cambio, los líderes que modelan el respeto en todas sus interacciones—incluidas las digitales—contribuyen a un ambiente laboral más armonioso y colaborativo.
Pero ser demasiado cortés también empeora los resultados
Si bien los estudios confirman que el respeto mejora la interacción con la IA, esto no significa que debamos tratar a las máquinas como seres humanos. "El objetivo no es humanizar a los sistemas de inteligencia artificial, sino optimizar su funcionamiento y, al mismo tiempo, reforzar nuestros propios hábitos de comunicación y liderazgo", señala la introducción de uno de los estudios.
La investigación también indica que existe un "punto óptimo" en la cortesía digital: mientras que el respeto y la educación mejoran los resultados, un tono excesivamente formal o rebuscado no ofrece beneficios adicionales. La clave parece estar en mantener un equilibrio entre la profesionalidad y la claridad.