
Todo el mundo sabe que para tener una de las fortunas más grandes del mundo, como la de Bill Gates, no es conveniente guardar todos los huevos en la misma cesta. Si bien el fundador de Microsoft amasó la mayor parte de su fortuna con esta compañía tecnológica, para llegar a los miles de millones que tiene ha tenido que diversificar sus negocios.
Fue el año pasado cuando Gates anunció sus planes para dar forma a la que sería su primera planta de energía nuclear llamada Natrium. La intención del magante es la de construir un reactor nuclear de sodio, una nueva tecnología más limpia, segura, barata y eficiente que cualquier otro sistema actual según asegura Gates, y que será capaz de abastecer a más de 40.000 hogares.
Como decíamos, este reactor de Gates no es uno normal, sino que se trata de un reactor modular pequeño o SMR por sus siglas en inglés. Estos son reactores nucleares avanzados que, como su nombre indica, son más pequeños que los reactores convencionales. Están diseñados para construirse en una fábrica y transportarse a su lugar de operación, lo que permite una producción en masa y una reducción de los costos de construcción.
Y según parece, el fundador de Microsoft se ha fijado en la compañía española ENSA para que se encargue de la fabricación de la tapa del reactor de Natrium. ENSA, o Equipos Nucleares, S.A., es una empresa española con una larga trayectoria en el sector nuclear. Fundada en 1973, se ha especializado en el diseño y fabricación de componentes de alta calidad para centrales nucleares y en la actualidad está reconocida a nivel internacional por su experiencia y calidad en la fabricación de componentes de este tipo.
Los SMR tienen varias ventajas gracias a la flexibilidad y modularidad a la hora de construirlos, lo que los hace mucho más económicos, además de que cuentan con mejores medidas de seguridad pasiva que reducen el riesgo de accidentes graves. Los SMR tienen el potencial de revolucionar la industria nuclear y contribuir a un futuro energético más sostenible a la hora de generar electricidad y suministrar calor incluso en zonas remotas y de difícil acceso.
Por ahora no hay centros de este tipo que sean operativos, y tan solo hay cuatro que están ya en fase de desarrollo (el de Bill Gates es uno de ellos), al igual que en Rusia y China también están trabajando en ello. Europa tampoco se quiere quedar atrás, y mediante la Alianza Industrial Europea pretenden desarrollar por lo menos un minireactor para 2030.