Madrid
El negocio de la ciberseguridad ganará fuerza de forma extraordinaria durante 2025 hasta convertirse en un sector de actividad ya completamente separado de la informática. Según explican los expertos consultados, resulta tan elevado su impacto en la economía y es tan considerable su volumen económico global (alrededor de 190.400 millones en 2023 y 298.500 millones en 2028, de acuerdo con estimaciones de Markets and Markets), que la ciberseguridad puede codearse con otras industrias establecidas.
Con vistas al nuevo ejercicio, los expertos de la firma de ciberseguridad Eset apuntan un puñado de grandes tendencias globales que tendrán su impacto en España. Por lo pronto, el Ransomware seguirá generando quebraderos de cabeza a las empresas e instituciones tras consolidarse el año pasado como uno de los actores destacados del ecosistema. Según Jakub Sousek, ESET Senior Malware Researcher, conviene tener en cuenta los recursos "asesinos de EDR (sistema de detección y prevención de amenazas, Endpoint Detection and Response)" que tratan de desactivar soluciones de seguridad avanzadas.
De esa forma, en 2025, se espera que estas herramientas sean más sofisticadas y difíciles de detectar, evidenciando el continuo esfuerzo de los ciberdelincuentes por superar las barreras de protección. Como era de esperar, la inteligencia artificial se perfila como un arma de doble filo en asuntos de seguridad. "Anticipando un cambio geopolítico en 2025, Juraj Jánošík, ESET Head of Automated Systems and Intelligent Solutions, prevé la posible desregulación de las redes sociales y las empresas tecnológicas, lo que podría llevar a una disminución en la calidad de los contenidos y a un aumento de campañas de spam, estafas y phishing generadas por IA, algo que ya hemos observado en 2024".
Al mismo tiempo, según Jánošík, "los contenidos de baja calidad también podrían atraer a usuarios vulnerables en campañas de desinformación y en amplificadores de propaganda. Además, "los atacantes podrían aprovechar modelos GPT de código abierto, con datos de cuentas secuestradas para imitar estilos de comunicación y realizar estafas más convincentes, como las de emergencia familiar".
Los robos masivos de información también ocuparán a los responsables de ciberseguridad junto con la pujanza de las amenazas móviles, con nuevas técnicas de ataque sobre Android e iOS, eludiendo blindajes tradicionales. Estos ataques distribuyen apps maliciosas que suplantan la identidad de entidades bancarias legítimas para robar credenciales, contraseñas y códigos de autenticación".
