
La economía circular es uno de los campos en que los institutos tecnológicos valencianos de la red Redit vinculados a sectores manufactureros tradicionales como el textil, calzado o juguete trabajan con más hincapié desde hace años para que las empresas puedan cumplir con las normativas y requisitos de sostenibilidad y gestión de residuos.
Un campo tan estratégico que sus centros de referencia en Comunidad Valenciana -Aitex (textil); Inescop (Calzado) y Aiju (juguete y puericultura)- llevan colaborando desde hace años en proyectos conjuntos para aumentar su impacto en la industria. Una muestra de ello fue la puesta en marcha del proyecto Circular Industry, con la creación de una planta única en Europa capaz de reciclar productos multicomposición, es decir, con varios materiales que por la dificultad de separar su composición hasta ahora no se recuperaban.
El proyecto conjunto además de desarrollar esa tecnología permitía darle usos de mayor valor añadido a cada material, precisamente al participar industrias de muy distinto tipo que participan en toda la cadena de valor de esas industrias.
A partir de esa experiencia Inescop, Aiju y Aitex han llevado su investigación y sus conocimientos a otro de los grandes sectores de la economía valenciana: el turismo. A través del proyecto HOR-Eco se han marcado el objetivo mejorar la sostenibilidad entre las empresas de ese sector. Como hicieron en el caso de sus sectores, buscan desarrollar e implementar esquemas de economía circular para la correcta gestión de los residuos multicomponentes que genera la industria de la hostelería y restauración, el denominado canal horeca, uno de los sectores con más negocios en toda la región. Un proyecto que cuenta con la financiación del Instituto Valenciano de Competitividad e Innovación (IVACE+i).
Muchos de los residuos generados por esta industria necesitan un tratamiento previo para ser direccionados a procesos específicos de reciclado y, de esta forma, obtener materias primas recicladas de alto valor añadido que mejoren la circularidad de las empresas turísticas de la Comunitat Valenciana.
HOR-Eco busca definir nuevos modelos de economía circular que interrelacionen al segmento del horeca con las industrias del calzado, textil y juguete, empleando para ello el demostrador de la planta piloto de Circular Industry. En esta iniciativa de innovación participan desde establecimientos y cadenas turísticas como Hoteles Poseidón, SH Villa Gadea, Solymar Grupo y Hotel Abril a empresas de tecnología y gestión de residuos como Recypyr, Cervic Environment o Synthelast, además de firmas de otros sectores como Gimar, Eurodetin, Zelein Ingeniería y Desarrollo, Picadilly, Ripay Mobiliario y Eldacorcho.
Según el Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC), el sector turístico llegó a ser el responsable del 8,1% de las emisiones globales contaminantes en un solo año, por lo que la cantidad de residuos generada por establecimientos turísticos como hoteles, restaurantes o bares supone grandes volúmenes. Con los resultados de HOR-Eco se pretende reintroducir materiales reciclados en la cadena de suministro y adaptar tecnologías eficientes para el reciclaje de residuos para su transformación en materiales en formatos poliméricos, espumas, textiles, cuero y metales.
Espumas de colchones y tapizados
La sostenibilidad y la economía circular son áreas prioritarias de innovación para otros muchos sectores. Ese es el caso de otro de los proyectos del instituto tecnológico Aidimme, especializado en metal, madera y mueble, que se centra en uno de los tipos de residuos de más volumen y más complejos de recuperar: las espumas flexibles de poliuretano de colchones o tapizados de los muebles.
El proyecto Biopur, impulsado por Aidimme y financiado por el Instituto Valenciano de Competitividad e Innovación (IVACE+i), se centra en desarrollar un sistema de biodegradación de los residuos y subproductos de poliuretano que genera la industria del mueble en la Comunitat Valenciana. Para llevarlo a cabo cuenta con la colaboración de las empresas Missana Tapicerías, Colchon Star, Comotex Sistema de Descanso y Healthcare Foam.
Dentro de esta investigación, el laboratorio de Microbiología de Aidimme ha logrado aislar diferentes especies bacterianas con poder poliuretanolítico, que consiguen degradar el poliuretano de manera eficaz y en un breve espacio de tiempo. Los diferentes aislados se han podido obtener a partir de residuos sólidos, localizados en determinadas zonas de suelos contaminados con restos plásticos. Con ello se ha determinado qué especies eran más capaces de degradar el poliuretano. Posteriormente, se han conseguido aislar microorganismos aerobios para el trabajo a escala piloto bajo condiciones controladas de temperatura y oxígeno.
Tintas digitales
Otra industria con larga experiencia en aprovechar los residuos es la cerámica de Castellón, que en los últimos años ha introducido de forma masiva la impresión digital para dar forma a sus baldosas y grandes formatos. Una nueva tecnología que también genera nuevos residuos. Por ello, la unidad de Impresión Digital Avanzada del Instituto de Tecnología Cerámica (ITC-AICE) está trabajando en el proyecto Metamorph, cuyo objetivo principal es desarrollar productos cerámicos a partir de la valorización de metales pesados procedentes del componente sólido presente en residuos de tintas cerámicas de decoración Inkjet o impresión digital.
Según apuntan desde el ITC, la impresión digital Inkjet supone una gran ventaja competitiva y se ha impuesto como principal método de decoración de baldosas cerámicas. Pero entre sus contrapartidas se encuentra que genera residuos de difícil clasificación para reciclar y recuperar, e incluye componentes sólidos basados en metales pesados que pueden resultar nocivos para el medioambiente y la salud.
En este caso, el equipo de investigación trata de extraer la mayor cantidad de metales pesados posibles empleando un tratamiento fisicoquímico para posteriormente valorizarlos y reutilizarlos en la fabricación de nuevos productos cerámicos. Con este fin se están poniendo en marcha diferentes métodos experimentales para conseguir formas de extracción de esos metales pesados que sean reproducibles a escala industrial y que posean el mayor grado de sostenibilidad posible, reintroduciéndolos en el mercado nuevamente y reduciendo los residuos y los costes económicos derivados del transporte y almacenamiento, además de los elevados costes por los riesgos medioambientales.