Tecnología

Bill Gates se rinde a la inteligencia artificial: Así usa ChatGPT para casi todo

Bill Gates es un personaje tan aclamado como cuestionado. El cofundador de Microsoft se ha convertido en uno de los mayores filántropos del mundo, pero eso no evita que sea foco de polémica por algunas de sus posturas, como su visión de la energía nuclear o las críticas que ha recibido algunas veces su fundaación.

Lo que no es cuestionable es que todas sus publicaciones y entrevistas sean citadas cientos de veces. Ahora, sabemos que buena parte de sus pensamientos y de sus textos los destila apoyándose en inteligencia artificial y, en concreto, en ChatGPT.

En una reciente entrevista, Gates reveló que, en lugar de confiar en Google o en contar con un equipo de investigadores que se podría permitir para llevar a cabo pesquisas profundas, prefiere usar ChatGPT para elaborar sus informes, ideas y textos. Y eso a pesar de que, admite, "comete errores constantemente".

Que Gates admita esto no solo es relevante por sí mismo, sino porque también prefiere usar el chatbot de OpenAI en lugar de Copilot, el del la compañía que cofundó, que si bien tiene como base ChatGPT, cuenta con otras características.

La noticia ha generado preguntas obvias: ¿por qué alguien con tantos recursos confiaría en una herramienta conocida por su imprecisión? ¿Qué implicaciones tiene que una figura como Gates abrace tanto una tecnología en pleno desarrollo, a pesar de sus fallos?

La confianza de Bill Gates en ChatGPT: ¿Sabiduría o riesgo?

Bill Gates siempre ha sido un defensor del uso de la tecnología para mejorar la vida humana. Desde sus primeros días en Microsoft, ha mantenido una visión optimista sobre el potencial de las nuevas tecnologías para resolver problemas complejos. Sin embargo, la decisión de Gates de usar ChatGPT como su herramienta de referencia para aprender sobre diversos temas puede ser controvertida, especialmente considerando que este modelo de inteligencia artificial es conocido por generar información incorrecta o confusa en ocasiones, un fenómeno que los expertos en IA llaman "alucinaciones".

La cuestión de fonde es: ¿cómo puede alguien de la talla de Gates, con acceso a los mejores recursos y equipos, decidir utilizar una herramienta que no siempre es fiable? La respuesta puede residir en la forma en que Gates ve la inteligencia artificial no solo como una fuente de respuestas, sino como una plataforma para la creatividad y la eficiencia.

Al describir cómo ChatGPT le ayuda en su escritura y en la búsqueda de información, Gates parece estar menos preocupado por la precisión perfecta y más centrado en cómo esta tecnología puede mejorar la velocidad y el acceso al conocimiento, incluso si ello conlleva la posibilidad de errores ocasionales.

ChatGPT: la IA que miente pero sigue siendo útil

El fenómeno de las "alucinaciones" en modelos como ChatGPT ha sido documentado ampliamente. Estos modelos de lenguaje, aunque poderosos, tienen la tendencia a generar respuestas incorrectas o incluso completamente inventadas, lo que plantea problemas obvios para quienes buscan precisión. Sin embargo, a pesar de estos defectos, Gates defiende su uso. ¿Por qué? La explicación puede estar en cómo los errores de la IA son gestionables si el usuario sabe cómo interpretar y corregir los datos generados.

"Sabes, a menudo estoy aprendiendo sobre diferentes temas, y ChatGPT es una excelente manera de obtener explicaciones para preguntas específicas", dijo Gates en la entrevista. "A menudo estoy escribiendo cosas, y es de gran ayuda para desarrollar mis textos", ahondó.

La inteligencia artificial no es infalible, pero lo que parece atraer a Gates es su capacidad para proporcionar información rápida y accesible, algo que puede ser revisado y contrastado más tarde por un experto humano. De hecho, muchas de las aplicaciones actuales de la IA no se basan en su capacidad de ser exactas todo el tiempo, sino en la velocidad con la que pueden procesar grandes cantidades de información y proporcionar respuestas razonables.

La relación entre Microsoft y OpenAI: una apuesta multimillonaria

La relación entre Microsoft y OpenAI ha sido una pieza clave en la evolución de la inteligencia artificial en los últimos años. Gates, aunque ya no ocupa un puesto activo en Microsoft, sigue siendo un asesor clave y ha jugado un papel importante en fortalecer esta colaboración, según informes recientes. Durante la entrevista, Gates subrayó el compromiso de Microsoft de continuar invirtiendo en IA, una inversión que ya asciende a miles de millones de dólares.

"Soy asesor de Microsoft", dijo Gates con claridad. "Está fortaleciendo la relación con OpenAI, haciendo mucho por su cuenta. Quiero decir, la cantidad de inversión de Microsoft y otros en el campo es difícil de exagerar".

Microsoft, por su parte, ha visto en la inteligencia artificial una oportunidad de redefinir su papel en el sector tecnológico. Con la asociación con OpenAI, la empresa está posicionada en la vanguardia de la innovación en IA, apostando por herramientas que, a pesar de sus limitaciones actuales, prometen revolucionar la forma en que las personas trabajan, investigan y crean. Desde el punto de vista de Gates, la inversión en IA no solo es una estrategia comercial, sino también una forma de mejorar las herramientas disponibles para el aprendizaje y la investigación.

¿Qué significa esto para el futuro de la investigación?

El hecho de que Bill Gates use ChatGPT plantea preguntas interesantes sobre el futuro de la investigación. En un mundo donde incluso los multimillonarios optan por la IA para hacer parte de su trabajo de campo, es razonable preguntarse si esta tendencia podría significar el fin de los equipos tradicionales de investigación o una transformación en cómo se realiza el trabajo intelectual.

¿Veremos a más figuras públicas adoptando herramientas como ChatGPT para facilitar su trabajo? ¿Y qué pasa con los profesionales cuyo trabajo depende de la precisión y el análisis profundo? La IA puede ser una herramienta poderosa, pero su adopción a gran escala también puede llevar a una redefinición de lo que significa "investigar" y hacer de menos una labor en la que por ahora el factor humano sigue siendo insustituible. Las habilidades humanas para interpretar, contextualizar y corregir información seguirán siendo vitales, pero la velocidad y accesibilidad que ofrecen las herramientas de IA podrían cambiar radicalmente el panorama.

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