
Tras la salida a bolsa de Trump Media, la compañía del expresidente de EEUU que posee la red social Truth, la firma ha publicado sus primeros resultados oficiales. Y las cifras han provocado una desbandada entre sus accionistas: las grandes pérdidas y los raquíticos ingresos de la firma del exmandatario, a años luz de lo que se espera de una cotizada valorada en varios miles de millones de dólares, han provocado un desplome del 21,47%, hasta los 48,66 dólares, que ha arrastrado a la baja a las 'acciones meme'.
Según los datos, en el último año, la firma ingresó 4,1 millones de dólares y tuvo pérdidas de 58 millones de dólares, unos 58 centavos por acción. Por comparar, Amazon salió a bolsa en 1996 con beneficios trimestrales de 1,6 millones y una valoración de apenas 438 millones de dólares. Google, por su parte, debutó con una capitalización de 23.000 millones, tres veces la de Trump Media, pero con ingresos de 960 millones de dólares y beneficios de 105 millones.
Pero quizá el dato más relevante no son las cifras que da, sino las que oculta. Las cuentas no dan la cifra de usuarios activos de Truth, uno de los datos clave para toda red social que se precie, ya que su negocio depende de la venta de anuncios. Sin saber cuánta gente está usando la app, los grandes anunciantes no tendrán ningún motivo para hacer grandes campañas. Y el equipo de Truth advierte de que es posible que "nunca" lleguen a revelar ese dato clave, que todos los inversores miran con lupa en firmas como Facebook o Snapchat. Todo lo que han dicho es que "unos 9 millones de personas" se han registrado en la red, aunque sin indicar cuántos usan la app de forma regular.La reacción no se ha hecho esperar, y la firma se ha hundido, aunque mantiene una capitalización superior a los 5.000 millones de dólares. El problema para Trump, que posee la mayor parte de esas acciones, es que el golpe de hoy demuestra que Trump Media no es más que una 'acción meme' que cotiza más por el nombre de su propietario que por su valor real como negocio. Un intento de vender cientos de miles de acciones de golpe para financiar su campaña o pagar sus deudas legales provocaría un desplome aún mayor del que ha sufrido hoy.