
Las grandes tecnológicas pueden estar seguras de que la presión regulatoria y judicial amenazará la histórica prosperidad de sus negocios. Primero fue Europa, con Bruselas convertida en azote de los monopolios en el Viejo Continente, para ahora cruzar el Atlántico con el presidente Joe Biden granjeándose antipatías entre los mayores iconos empresariales de su país. El impacto económico de este frente de batalla puede suponer el 10% de los ingresos anuales de cada compañía, o de hasta el 20% para los reincidentes.
Hasta el momento, los pleitos aluden a presuntas situaciones de abuso de posición en el mercado. En el medio y largo plazo, las referidas cuitas convivirán con problemas relacionados con la utilización de las herramientas de inteligencia artificial, algo que formará parte de la normalidad en Europa en cuanto entre en vigor la Ley de Inteligencia Artificial, ya aprobada por el Parlamento Europeo y con el camino despejado para entrar en vigor en el plazo de dos años.
Ejércitos de abogados se ganan a diario el sueldo ante el aluvión de demandas que últimamente han regado a los denominados gatekeepers. Las actividades de Meta, Alphabet, Amazon, Microsoft y Apple están periódicamente en tela de juicio. Las últimas denuncias han trascendido por espacio de una semana. Fue el pasado 22 de marzo, cuando el Departamento de Justicia de Estados Unidos -junto con 16 fiscales- presentó una demanda antimonopolio contra el fabricante de iPhones. La acusación persigue la "conducta excluyente y generalizada" de Apple, que dificulta a los estadounidenses el cambio de smartphone, además de socavar la innovación de aplicaciones, productos y servicios, e imponer costes extraordinarios a desarrolladores, empresas y consumidores.
El pleito tiene visos de prolongarse durante los dos próximos años, con consecuencias que podrían cambiar el paso a la compañía de Cupertino. Por lo pronto, la multinacional que preside Tim Cook ha alegado que, en el caso de prosperar la demanda, se establecería "un peligroso precedente" al conceder pleno poder al Gobierno para intervenir en el diseño de tecnología". Y llueve sobre mojado en la multinacional californiana, ya que el pasado 4 de marzo, Bruselas ya sancionó a la compañía de la manzana con 1.800 millones de euros por prácticas contrarias a la competencia en su tienda de música.
El pasado lunes, la Comisión Europea anunció el inicio de una investigación sobre las grandes tecnológicas estadounidenses para fiscalizar sus respectivas actuaciones en el nuevo Mercado Único Digital Europeo. El expediente salpica a casi todas las grandes, excepto a Microsoft, compañía ya escarmentada con sanciones multimillonarias en las últimas décadas.