
Bill Gates, el cofundador de Microsoft y una de las personas más conocidas y probablemente poderosas del mundo, ha sido reconocido ampliamente por su labor filantrópica a través de la fundación que gestiona con su exmujer.
Sin embargo, el periodista Tim Schwab desafía en un la narrativa dominante en su nuevo libro El Problema de Bill Gates. Mediante una investigación de su fundación, Schwab argumenta que existe una cara oculta de Gates y plantea interrogantes sobre las verdaderas intenciones detrás de su filantropía.
Schwab, en un libro que ya ha sido referenciado en The New York Times sostiene que Gates, a pesar de ser conocido por su labor humanitaria, ha aumentado su riqueza y ejerce un poder significativo a través de su fundación, que tiene una dotación de 67 mil millones de euros y que influye en áreas como la salud pública y la educación
Las dudas sobre la filantropía de Bill Gates
Schwab argumenta que la enorme riqueza de Bill Gates, valorada en 120.000 millones de dólares, le permite comprar influencia en distintos ámbitos. Muchos medios de comunicación, según el periodista, reciben financiación de la Fundación Gates, lo cual puede influir en la forma en que se informa sobre el magnate.
Esta capacidad económica le permite a Gates reunirse con líderes electos y dar forma a prioridades e incluso a presupuestos gubernamentales.
Un "matón corporativo" como sus tiempos en Microsoft
Aunque Gates ha sido elogiado por su generosidad y su trabajo en la Fundación Gates, Schwab sostiene que el magnate continúa siendo el mismo "matón corporativo" que fue en Microsoft, donde se enfrentó a juicios antimonopolio por distintas causas.
Según el periodista, Gates ha utilizado su filantropía como una estrategia para cambiar la percepción pública sobre él desde entonces y mostrarse como una persona amigable y solidaria.
Schwab incluso cuestiona si Gates es realmente un filántropo, ya que su riqueza ha aumentado considerablemente desde que empezó a ejercer su labor humanitaria.
El poder de la Fundación Gates
La Fundación Gates tiene una dotación de 67 billones de dólares, lo que le permite influir en la salud pública, la educación y las metas sociales y medioambientales de la Agenda 2030. Sin embargo, Schwab critica la falta de rendición de cuentas y transparencia en las actividades de la fundación.
Según el periodista, en muchos aspectos, la Fundación Gates opera más como una empresa o un banco de inversiones que como una entidad humanitaria.
Uno de los ejemplos que Schwab menciona es la cruzada benéfica de Gates en el ámbito agrícola en África. Aunque Gates prometió una revolución verde con granjas más grandes, tecnología y agroquímicos, muchos agricultores africanos han solicitado que la Fundación Gates detenga sus inversiones, ya que consideran que han causado más daño que beneficio.
El libro de Schwab ha generado un debate sobre la figura de Bill Gates, quien no obstante ya ha cabalgado acusaciones, polémicas y varias conspiraciones tiempo atrás, como todas las que surgieron en la época del coronavirus por su activismo a favor de la vacunación.
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