
Los visores Vision Pro, que Apple lanzará al mercado el próximo 2 de febrero, tienen todos los visos de convertirse en uno de los productos estrella del año, a pesar de costar casi 3.500 dólares. Según las estimaciones del analista Ming-Chi Ku, ya que no existe respaldo oficial, la compañía de la manzana ha podido recibir entre 130.000 y 180.000 pedidos de compra entre el pasado viernes 19 de enero y este lunes.
De confirmarse los anteriores datos, los ingresos de la compañía que dirige Tim Cook ha rondado los 630 millones de euros. Con estas expectativas, la multinacional de California tiene todo a su favor para cumplir de forma holgada las previsiones de ventas de sus gafas de realidad virtual, aumentada y mixta a lo largo del primer año.
No obstante, el mismo experto en Apple apunta que, una vez despachada la primera remesa, la siguiente ronda será más laboriosa, por lo que es de esperar una mayor dilación en el tiempo de los próximos pedidos. Asimismo, Ming-Chi Ku señala que Apple debe estar produciendo a toda velocidad cerca de 100.000 visores, una vez que las existencias disponibles hasta ahora oscilaban entre los 60.000 y 80.000 dispositivos.
Respecto a la velocidad de las primeras 180.000 compras de Vision Pro, el analista explica que todos los interesados totalmente convencidos del producto prefieren realizar las compras el primer día, conscientes de que los plazos de entrega se podrían demorar entre cinco y seis semanas, para la recogida en la tienda oficial de Apple o distribuidores autorizados a principio del próximo marzo.
Curiosamente, el mensaje de Tim Cook a través de X (antes conocida como Twitter) del inicio de la preventa de los visores contó con la inmediata respuesta de Elon Musk, magnate propietario de la plataforma, a través del propio medio. En su caso, el también fundador de Tesla hizo votos para adquirir estos visores cuanto antes. Este interés de Musk sorprendió a la comunidad tecnológica ya que, previamente, había criticado mediante un meme dicho dispositivo. En concreto, mostraba a personas en los 90 regañando a sus hijos por ver la televisión demasiado cerca, cuando ahora dicha fatiga ocular no existe al situarse la 'pantalla' a la altura de la nariz.