
Como si un fuerte viento soplara siempre de espaldas, como si una mano invisible impulsara el sillín, como escalar los puertos sobre las calas de Van der Poel, Pogacar o Vingegaard o Evenepoel, como duplicar o triplicar los vatios propios con los ajenos… poco más o menos, así son las sensaciones que Trek ofrece a una nueva generación de ciclistas que buscan nuevas experiencias a bordo de sus bicicletas eléctricas de carretera.
Con su gama Domane+ 7, el fabricante estadounidense logra la cuadratura del círculo en una carrera donde la tecnología y el diseño forman parte íntima del mismo equipo. La primera victoria consiste en transmutar una bicicleta convencional de alta gama en un vehículo con asistencia eléctrica… pero sin apenas nadie pueda notarlo en el pelotón. He hecho, ciertamente no parece una bicicleta con asistencia y ese es el mejor piropo en su especie. Elegante, sobria y discreta dentro de la pureza de sus líneas, con un nervio que aflora cuando las pendientes se empinan, momento en el que la fuerza eléctrica permite "bajar" las cuestas arriba que se ponen por delante.
Entre los ingredientes que comparten el coctel de la Domane+ destaca la ergonomía, el confort y la eficacia sobre las dos ruedas. También el silencio en ruta, la redondez de la pedalada y la discreción de una criatura ciertamente superdotada.
Desde los primeros metros se disfruta de los tangibles e intangibles de un conjunto pulido con esmero. A simple vista, Domane+ 7 reúne lo mejor de la bici tradicional y la ayuda de la electrificada, pero sin los lastres y servidumbres propias de la movilidad asistida. Es decir, se puede pedalear con el resto del pelotón sin pregonar que el vehículo está 'dopado', como uno más de los esforzados de la ruta. Eso sí, cuando el resuello aparece, la batería ofrece su plus de ayuda, sin el zumbido propio de otros vehículos enchufables.
El precio del modelo Trek Domane+ 7 oscila entre 9.000 y 9.600 euros, en función de los extras
De hecho, algún día, posiblemente dentro de muchos años, la experiencia de rodar en bicicleta será parecida a la que ahora propone este adelantado a su tiempo en cuanto a versatilidad, prestaciones y rendimiento. La ligereza del cuadro de carbono (OVLV), así como del resto de los componentes mecánicos, hacen más llevadero el peso propio de la batería de 360 Wh escamoteada bajo el cuadro. Los más mañosos que quieran meterse en camisas de once varas podrían extraer la pila por sus medios, para así competir en perfecta igualdad de condiciones que el resto de la grupeta desenchufada.
Sólo las bicicletas eléctricas, tan comparativamente livianas, como las que propone Trek (11,7 kilos sin el bidón con agua) que permiten prolongar el kilometraje de las salidas y entrenamiento sin temor a quedarse anclado en la carrera por el peso de la batería. Se trata de un propulsor eléctrico de 50 Nm con asistencia hasta los 25 km/h, máximo permitido en España. Esto significa, que el motor deja de impulsar cuando el velocímetro alcanza los 25 kilómetros. Por lo tanto, que nadie busque ayuda extraordinaria en los rodajes veloces ni en las bajadas de los puertos. En esas circunstancias, el pedaleo solo puede ser a pulmón, tan natural como en el principio de los tiempos.
El cuadro de mandos se reduce a una pequeña pantalla, situada cómodamente en la parte más adelantada del cuadro, información certera de los vatios aportados por las piernas o por el motor. También el estado de la batería, tanto gráficamente como en porcentaje, así como la velocidad de desplazamiento. El redactor de estas líneas, que tuvo la suerte de poner a prueba esta Trek de gran fondo durante el pasado agosto por las carreteras de Galicia, asumió con resignación la vuelta a la dura realidad de la cabra de toda la vida, una vez devuelta la Domane. A partir de entonces, son constantes los motivos para la nostalgia, especialmente al recordar la eficacia y suavidad del cambio electrónico inalámbrico (SRAM RED XPLR eTap AXS 1x12), o añorar el cuadro (Domaneframeset OCLV, de la serie 800) y bielas carbono, el manillar Bontrager Pro IsoCore a prueba de vibraciones, así como la solvencia de la patente RCS Pro, que aleja de la vista los cables de los frenos de disco y la ligereza y fiabilidad de las ruedas también Bontrager, modelo Aeolus RSL 37.
Resulta fascinante la necesidad de acudir al smartphone y emparejarlo con la bicicleta para conocer los detalles más sobresalientes del prodigio. La configuración del mismo debe realizarse a través de la aplicación móvil Trek Central, en cuyo tablero de control aparecen datos como la autonomía disponible de la batería, kilometraje acumulado o el estimado en tiempo real en función de los modos Eco, Medio y Alto. También el ritmo cardíaco, si previamente se ha hermanado la bicicleta y la app con un pulsómetro, además como la presión recomendada de las dos ruedas en función del peso del ciclista y el modo de uso, ya sea carretera o gravel. En el ajuste del motor se puede estipular los vatios máximos y el porcentaje de asistencia en las tres opciones disponibles de ayuda, además de la respuesta de la ayuda sobre los pedales, ya sea gradual o rápida. Asimismo, la cartografía de Trek Central (disponible para todos los continentes offline) indica la distancia que se puede cubrir con la asistencia de la batería. Es difícil estimar el kilometraje de autonomía ya que depende de la aportación natural del ciclista o el grado de elevación de las pendientes. No obstante, el fabricante estima una asistencia de 100 kilómetros en modo Eco, con la posibilidad de incorporar un extensor adicional (Range Extender) de otros 40-50 kilómetros adicionales, y portable en el portabidón (730 gramos).
Tras Trek Central llega el turno de descargarse la app E-Tube de Shimano, con la que se puede configurar los desarrollos a través del denominado E-Tube project, software que se conecta de forma inalámbrica. Basta con escanear el código QR (o teclear el número de serie, en el interior de una de las manetas de cambio) para iniciar un hermanamiento que permite la personalización del cambio trasero y delantero de 12 velocidades, milimétricamente compatible con el cambio de marchas inalámbrica, tras introducir el número dientes del plato y del casette de piñones. Tras las rutinas previas, el ciclista de Domane puede olvidarse de la maneta izquierda, ya que el desviador del plato entra en juego con el mando de la piñonera. El precio de la Trek Domane+ SLR 7 oscila entre los 8.999 y los 9.599 en función de los extras, con toda la información en trekbikes.com.
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