
En diciembre de 2021 dos empleados de Google, Noam Shazeer y Daniel De Freitas, decidieron dejar sus trabajos y fundar una startup de chatbot online. A día de hoy, su empresa está valorada en 1.000 millones de dólares. Character.AI. es una plataforma que utiliza Inteligencia Artificial para que los usuarios puedan chatear con cualquiera, esté muerto, vivo o sea imaginario.
En la última ronda de financiación, la empresa logró recaudar 150 millones de dólares. Character.AI. se encuentra entre un grupo de pequeñas compañías, que algún día podría rivalizar con los sistemas en desarrollo en OpenAI, la startup que incitó el boom de la IA con el lanzamiento de ChatGPT, según apunta The New York Times.
Este tipo de empresas cuentan con una combinación de investigadores experimentados y una gran ambición, que necesita enormes cantidades de capital.
"Una de las cosas que me preocupan es que sea un mercado en el que el ganador se lo lleve todo o la mayoría, es decir, que unos pocos grandes dominen el mercado", afirma al medio estadounidense Erik Brynjolfsson, miembro del Instituto de Inteligencia Artificial Centrada en el Ser Humano.
Los inversores de capital riesgo compiten por invertir en las jóvenes empresas de inteligencia artificial, mientras el resto del sector tecnológico se debate entre despidos, caídas de las valoraciones y una inesperada crisis bancaria provocada por la quiebra del Silicon Valley Bank.
La nueva ronda de financiación de Character.AI., con sede en Palo Alto (California), ha sido liderada por Andreessen Horowitz, una de las empresas de capital riesgo más conocidas de Silicon Valley. En diciembre de 2021, la empresa recaudó 43 millones de dólares en financiación inicial.
La tecnología que utiliza este chatbot, basada en grandes modelos lingüísticos, requiere enormes cantidades de potencia de procesamiento informático. De hecho, se calcula, que esta empresa necesita, al menos, 500 millones para obtener la potencia en los ordenadores necesaria.
Shazeer dijo en una entrevista que Character.AI. pronto va a recaudar fondos adicionales de uno o más "socios estratégicos". Eso podría significar la compra de la potencia que necesitan a estos mismos inversores que, probablemente, sean empresas de almacenamiento en la nube.