Tecnología

Gonzalo Belenguer (Redit): "Por cada euro que se invierte en los centros tecnológicos generamos 7,6"

  • El director general de Redit apuesta por "maximizar" los institutos ya existentes
Gonzalo Belenguer. FOTO: Guillermo Lucas.
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La Red de Institutos Tecnológicos de la Comunidad Valenciana (Redit), cuyo director general es Gonzalo Belenguer, aglutina a los 11 centros que desarrollan I+D para sectores de la economía valenciana como calzado, juguete, cerámica, alimentación o TIC, entre otros.

¿Cuál es el peso de los institutos tecnológicos que forman parte de Redit en la economía valenciana?

La red valenciana de institutos tecnológicos fue la primera red autonómica que se creó a nivel nacional y supuso un gran activo estratégico para la competitividad a través de la I+D+i y la transferencia en un entorno empresarial formado en más de un 99% por pymes. En el último año más de 15.500 empresas han trabajado con los institutos, un 11% más, y contamos con 5.500 empresas asociadas, un 4% más que el año anterior. Ese efecto tractor es estratégico como demuestra un dato fundamental: los fondos captados por los institutos del Estado y, fundamentalmente, de Europa supusieron 129 millones de euros y generaron una inversión inducida de 191 millones. De ella, más del 83% va destinada a potenciar la I+D de las empresas. Desde 2021, además de valorar el impacto económico, hemos querido medir el impacto social y ambiental de la red con una metodología certificada. El resultado es que los institutos aportan un retorno positivo de 1.505 millones de euros y por cada euro invertido hemos generado 7,64 euros.

¿En qué nuevas áreas tecnológicas y sectores trabaja Redit en esa colaboración entre institutos? ¿Cuáles quieren potenciar?

Que los centros estén radicados en la Comunidad Valenciana no quiere decir que no tengan una visión global; más bien al contrario. Desde su creación todos trabajan a nivel mundial y son referencia en sus respectivos sectores. Además de desarrollar su labor en sus ámbitos naturales de actuación, la colaboración entre centros y la aplicación de sus conocimientos y capacidades en otros ámbitos, nos permite abordar retos tecnológicos presentes y futuros ya que somos una red versátil y eficiente al servicio de la competitividad empresarial. Un claro ejemplo de esta cooperación tecnológica son las iniciativas desplegadas en el ámbito aeroespacial o el sector de la automoción y movilidad sostenible.

Han creado un instrumento de capital semilla, Redit Ventures. ¿Qué objetivos tienen y en qué fase se encuentra?

Redit Ventures es una muestra de esa estrecha colaboración y surgió de nuestra labor de análisis permanente, al detectar que era una tendencia de transferencia tecnológica disruptiva. Hemos creado nuestro propio modelo, que tiene dos singularidades. Es un fondo que invierte, pero que también contribuye a la generación de nuevas empresas de base tecnológicas, es builder y ventures a la vez. A eso se añade que es un vehículo que trabaja sobre 11 sectores industriales distintos en los que están especializados los centros, lo que lo hace único a nivel nacional y europeo. El objetivo de Redit Ventures es centrarse en los proyectos más disruptivos de los institutos y que, actualmente, no pueden ser transferidos a mercado pero que tienen potencial para convertirse en empresas de base tecnológica con alto valor. Ahora se está identificando y analizando las potencialidades y las viabilidades y a partir de ahí se llevarán a cabo las inversiones.

El modelo de los institutos tecnológicos y de Redit se basa en la colaboración público-privada, ¿cuáles son las claves para que haya funcionado?

Los institutos tecnológicos son un caso de éxito de la colaboración público-privada llevado al extremo. La propia creación de los centros fue posible por el compromiso y la voluntad del Gobierno valenciano junto con el interés del propio tejido empresarial, que precisaba de un aliado estratégico para incrementar su competitividad, a partir de la I+D+i.

Un elemento diferencial de estas asociaciones privadas sin ánimo de lucro es que son los empresarios los que están presentes en sus órganos de gobierno y contribuyen a identificar los retos y estrategias que ayudan a atender las necesidades tecnológicas del tejido empresarial. En el crecimiento y posicionamiento de la red ha sido esencial el apoyo público para invertir y dar la estabilidad necesaria; consolidándola como una referencia nacional e internacional. Destaca la apuesta de la Conselleria de Economía quien, a través de Ivace, ha aumentado un 150% el presupuesto de los institutos, desde 2014; potenciando su actividad para mejorar la transferencia tecnológica lo que, sin duda, impacta positivamente en la competitividad de las empresas. Asimismo, la creación de la Agencia Valenciana de la Innovación y de la Conselleria de Innovación contribuyen a consolidar la I+D+i como un factor estratégico de las políticas que deben determinar nuestro futuro.

¿Eso significa que la reivindicación histórica de los centros para su financiación está despejada?

Seguimos poniendo el foco en la estabilidad. Los últimos años han sido años de convicción en que invertir en los centros tecnológicos es hacerlo en el futuro. El reto está en lograr una plurianualidad que aporte esa estabilidad en ciclos de tres o cinco años para que la actividad pueda dimensionarse y adaptarse a los retos y las velocidades de otros ecosistemas. Hablamos de un tema de gran importancia. Si comparamos a la Comunidad Valenciana con otras regiones europeas estamos en cierta desventaja. Podemos tomar como ejemplo a países como Portugal o Irlanda. Sus economías se vieron muy afectadas por la anterior crisis financiera, pero hoy muchas de sus regiones aparecen referenciadas como innovadoras. La inversión e implementación de políticas estables en I+D+i es lo que ha obrado el milagro.

¿Se plantean crear centros vinculados a nuevos sectores como la gigafactoria de Sagunto?

Nuestros institutos colaboran desde hace décadas con Ford y las industrias auxiliares del automóvil. Respecto a la viabilidad de nuevos centros, nuestro enfoque siempre es el de maximizar las capacidades ya instaladas, más que generar nuevos, porque como comentaba la versatilidad y el talento que alberga la red permite abordar los retos futuros con optimismo. Cuanto más colaborativa sea la relación entre los agentes innovadores, más potentes seremos para abordar retos como el que supone Volkswagen en Sagunto.

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