
En plena crisis mundial de semiconductores y con Europa apostando por recuperar peso en esta industria, en los últimos meses, compañías como Lenovo, Intel y Cisco han anunciado planes en Barcelona vinculados al desarrollo de microchips, pero la Generalitat pretende seguir captando proyectos internacionales de este sector, especialmente en el ámbito del diseño y el testaje.
Actualmente tiene una cartera en negociación de 22 iniciativas extranjeras que podrían implantarse en Cataluña, que suman una inversión de 1.600 millones y 1.800 empleos en los próximos dos o tres años si todas fructificasen.
Lo anunció este viernes el Ejecutivo catalán con motivo de una reunión del presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, con una cincuentena de empresas y agentes del ecosistema catalán de los semiconductores, formado actualmente por 104 empresas y entidades de investigación que dan empleo a 4.400 personas y facturan 160 millones de euros. Estas cifras, recopiladas por la empresa pública Acció, no incluyen todavía los proyectos multinacionales anunciados en los últimos meses porque todavía no se han ejecutado.
De momento, Cataluña se está posicionando en el ámbito de la investigación y el diseño, pero también busca un hueco en el testaje, con series cortas de fabricación, mientras que una gran fábrica de semiconductores se ve desde el Govern como algo más lejano -aunque existe la alianza público-privada FabCat que lo promueve- porque requiere una inversión de más de 20.000 millones y plazos de entre tres y cinco años para ponerse en marcha, además de necesitar unos volúmenes de agua y electricidad equivalentes al consumo anual de una ciudad de 100.000 habitantes.
Para captar el interés internacional, Cataluña cuenta con atractivos como el Barcelona Supercomputing Center (BSC-CNS), con el que se han aliado Lenovo e Intel para desarrollar microchips con sendas inversiones que totalizan 407 millones -incluyendo 200 del Gobierno español-. También es un punto a favor el ecosistema digital local, que atrae hubs tecnológicos multinacionales de diversos sectores, y que en el caso de Cisco, que ya cuenta con un centro de innovación en la capital catalana, ha decidido a la firma a añadirle su primer centro en la Unión Europea para el diseño de semiconductores de próxima generación, con una inversión todavía por definir pero que contará con ayudas del Perte estatal de Microelectrónica y Semiconductores, vinculado a los fondos Next Generation.
Asimismo, ya hay seis universidades catalanas que ofrecen formación vinculada a los semiconductores, y la región cuenta con otros 12 centros de investigación y desarrollo que podrían incorporar formación para generar talento especializado en dicho campo.
A todo ello se suma que la principal demanda de semiconductores en Europa procede de la industria en general y el sector de la automoción en especial, que en Cataluña tienen un peso en el PIB del 20%, y pueden ser banco de pruebas para aplicaciones presentes y futuras, además de ser un foco de demanda, ya que el 42,3% de la industria catalana utiliza semiconductores.
Fabricación
Respecto a pequeñas series de fabricación, hasta ahora se podían realizar en el Instituto de Microelectrónica de Barcelona (vinculado al Centro Nacional de Microelectrónica y el CSIC), y ahora se sumará la empresa catalana Ideaded, que esta semana ha anunciado la que será la sala blanca privada de semiconductores más grande del sur de Europa, con una inversión inicial de 12 millones (6 prestados por la Generalitat, que añade una ayuda de 217.488 euros) y la creación de 100 empleos.
Estas instalaciones se destinarán al desarrollo continuo, testaje y producción de series cortas de microchips diseñados por Ideaded (entre 5 y 20 millones de unidades anuales). En este primer estadio, durante el año 2023, la empresa contratará a 100 trabajadores altamente cualificados, principalmente ingenieros y perfiles relacionados con desarrollo de materiales y procesos para la producción de capas finas, así como el modelado de la tecnología.
Finalizada esta fase del proyecto, la compañía tiene previsto ampliar hasta los 2.500 metros cuadrados de superficie la sala blanca. La puesta en marcha de este equipamiento supondría una inversión de hasta 200 millones de euros y la creación de medio millar de puestos de trabajo en Cataluña.
La empresa comenzó el proceso de I+D para producir sus propios microchips en 2015, y uno de los rasgos diferenciales de su tecnología es que los semiconductores que han desarrollado no se producen utilizando silicio -el recurso más utilizado por la mayoría de empresas del sector-, sino que están basados en otros materiales orgánicos, lo que les permite reducir costes de producción sin perder el máximo nivel de calidad.