Tecnología

Los institutos tecnológicos valencianos cifran su impacto social en 1.500 millones

  • Más de una tercera parte de esa cifra es efecto de sus proyectos de I+D
Un momento de la presentaci?n.

La actividad de los 11 institutos tecnológicos valencianos que forman parte de la red autonómica Redit genera un impacto 'social' de 1.505 millones, según dos estudios realizados sobre el impacto social y medioambiental y a partir de los indicadores de innovación responsable. Según el detalle de esos estudios, la actividad de I+D de los centros supone más de una tercera parte, en concreto 535 millones de euros.

Según los resultados de los estudios, que han contado con financiación de la Conselleria de Innovación, con una inversión total de 197 millones de euros se ha conseguido un retorno a la sociedad casi 8 veces mayor a la inversión realizada.

Por tipo de actividades desempañadas por los centros de Redit, las que más impacto en términos sociales generaron fueron las de formación y servicios para los clientes, con efectos valorados en 887 millones de euros.

Fernando Saludes, presidente de Redit, ha asegurado en la presentación que "estos estudios demuestran que la labor de los institutos tecnológicos incide positivamente en la Comunidad Valenciana y en su tejido empresarial, a través de un modelo sostenible y centrado en la calidad de las personas que genera un impacto positivo en la economía y el progreso del territorio".

Actividad y empleo

Los 11 centros tecnológicos de la Comunidad Valenciana cuentan con 1.800 investigadores del ámbito científico-técnico y suman unas infraestructuras de 100.000 metros cuadrados. Precisamente uno de los puntos que destacan los informes es el peso del empleo femenino, que supone el 52% de la plantilla total.

Además, cada año llevan a cabo 1.000 proyectos de I+D+i y dan servicio a más de 14.000 empresas, por lo que se ha convertido en la primera red de apoyo a la innovación de pymes en España.

Los distintos institutos tecnológicos están especializados en alimentación; calzado; cerámica; textil; plástico; juguete; energía; biomecánica; tecnologías de la información; embalaje, transporte y logística; metal y madera. Además, acaban de crear un vehículo de inversión, Redit Ventures, para desarrollar spin-off disruptivas a partir de sus propios proyectos de I+D. 

La monetización del impacto social y medioambiental se ha medido a través de la metodología SROI, un método anual que se centra en el retorno social de la inversión teniendo en cuenta aspectos extra financieros como la desigualdad y la igualdad de género. La monitorización de los indicadores de innovación responsable (RRI), por su parte, fue introducida por la Comisión Europea hace 10 años, y en Redit este proceso se va a actualizar bienalmente, sentando las bases de actuación de los institutos tecnológicos en esta materia.

Es una iniciativa pionera a nivel europeo ya que, hasta la fecha, este tipo de estudios habían sido impulsados por gobiernos o ecosistemas de innovación de forma unilateral, pero nunca por parte de institutos tecnológicos.

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