
Meta ya tiene culpable para su relativamente mala situación: cree que las últimas medidas de privacidad del iPhone le han costado mucho dinero.
No es que la compañía de Zuckerberg esté en crisis, teniendo en cuenta que esta semana publicó unos beneficios de 40.000 millones de euros; pero la caída en usuarios diarios de Facebook, la primera de su historia, puede ser el principio de una larga agonía si la apuesta por el metaverso no da frutos.
En respuesta a estos datos, Meta se hundió un 23% en after hours, un impacto de más de 200.000 millones de euros en su valor del que aún no se ha conseguido recuperar pese a las promesas de Zuckerberg. Tal vez por eso, la compañía ha intentado desviar la atención a lo que cree que es el verdadero problema: la privacidad del iPhone.
En declaraciones a CNBC, Dave Wehner, CFO de Meta, afirma que las medidas de seguridad implementadas por Apple a partir de iOS 14 tienen la culpa de que Facebook haya conseguido 10.000 millones de dólares menos de lo que se estimaba en las previsiones; además, espera que los ingresos del primer trimestre ronden los 27.000 millones, mientras que los analistas adelantaron que iba a superar los 30.000 millones ampliamente. Es esa discordancia la que ha provocado la caída de sus acciones.
Wehner se refiere a la App Tracking Transparency (transparencia de rastreo de apps), una funcionalidad implementada en iOS 14 que obliga a las apps a pedir permiso a los usuarios para rastrearles. La primera vez que iniciamos la app, aparece un menú emergente que nos pregunta si queremos otorgar ese permiso; según algunos analistas, hasta el 62% de los usuarios escoge la opción de no rastrear.
Sin esos datos adicionales, la publicidad ofrecida por la app de Facebook es menos precisa y, por lo tanto, menos atractiva para los anunciantes que a su vez, pagarán menos. A eso se le suma la necesidad de que la app informe al usuario de todas las maneras en las que obtiene datos.
Wehner afirma que esta función ha tenido un impacto desproporcionado sobre las apps, e incluso llega a insinuar que Apple estaría favoreciendo a Google, ya que el navegador web no muestra el mismo menú cuando visitamos páginas que intentan rastrearnos. También recuerda que Google paga miles de millones a Apple todos los años para mantenerse como el buscador por defecto en el navegador Safari. Sin embargo, Safari ya implementa otras medidas contra el rastreo, como el bloqueo completo de las cookies de terceros que otros navegadores aún permiten.