
Project Iris sería el nombre del nuevo proyecto de Google, el segundo intento de crear un dispositivo que introduzca elementos virtuales en el 'mundo real'.
No es la única, por supuesto. Es bien sabido que Apple prepara un visor de realidad aumentada con un gran rendimiento, que no tendría que conectarse al iPhone para ofrecer nuevas experiencias como FaceTime en realidad virtual. A eso hay que sumar los desarrollos de Facebook (ahora Meta) en unas gafas que se conecten a su idea del "metaverso".
Según ha revelado The Verge, Google también tiene un concepto en mente de cómo debería ser la realidad aumentada, y el plan es lanzar el primer dispositivo en el 2024. Al igual que los modelos de Apple y Meta, este visor contaría con varias cámaras que permitirían mezclar la imagen de nuestro entorno con gráficos tridimensionales.
Las similitudes con el visor de Apple llegarían a otros aspectos. Por ejemplo, Google también usaría su propio procesador móvil, después de estrenarse en el sector con el Google Tensor usado por los Pixel 6; también usará Android como sistema operativo y es de esperar que permita usar muchas de las mismas tecnologías ya implementadas en los Pixel. De hecho, entre los desarrolladores de Project Iris se encuentra parte del equipo encargado de los Pixel, aunque por ahora no está claro si se usará esa marca para el nuevo dispositivo.
Según fuentes internas, los prototipos ya creados se parecen a unas gafas de esquiar, y no requieren cables para funcionar. Para conseguir un dispositivo más fino y ligero, el chip de Google no se encargaría de procesar toda la información y gráficos; Google usaría sus servidores para renderizar algunos gráficos y el dispositivo se conectaría a Internet para mostrarlos. Eso puede permitir gráficos más realistas, integrados perfectamente en nuestro entorno.
Este sería un gran salto respecto a las gafas de realidad aumentada que ya están disponibles, que sólo muestran gráficos en la lente, pero no graban ni reproducen el entorno real. Así es como eran las Google Glass, el primer intento de Google de llevar la realidad aumentada a las masas; en perspectiva, estaba adelantado a su tiempo, y las preocupaciones sobre la privacidad lo condenaron al fracaso (aunque sigue siendo usado en entornos empresariales, fábricas y plantas de montaje).