
La NASA ha anunciado acuerdos con tres empresas estadounidenses para desarrollar sus diseños de estación espacial, entre las que se encuentra Blue Origin de Jeff Bezos, fundador de Amazon.
Blue Origin sorprendió el pasado octubre con el anuncio de Orbital Reef (Arrecife orbital), un 'hotel en el espacio' que será desarrollado en colaboración con Boeing y Sierra Space. Hoy, este anuncio tiene más sentido, ya que ese ha sido uno de los diseños seleccionados por la agencia espacial estadounidense, NASA, como posibles sucesores de la ISS (Estación Espacial Internacional).
La ISS no durará para siempre. Su uso ha sido aprobado hasta diciembre de 2024, aunque técnicamente podría seguir funcionando sin problemas hasta el 2028; más allá, sería cuestión de que todas las agencias implicadas identifiquen los posibles inconvenientes para continuar las operaciones. Por lo tanto, eso da un margen de aproximadamente 10 años en los que hay que buscar una alternativa, y la NASA ha anunciado hoy que, como parte del programa de desarrollo comercial LEO, financiará tres proyectos que buscan desarrollar una estación espacial privada.
Los seleccionados son Northtrop Grumman, que recibirá 125,6 millones de dólares, Nanoracks, que recibirá 160 millones, y Blue Origin, que recibirá 130 millones; aunque todos los proyectos se encuentran en un estado similar, y tienen muchos puntos en común, es evidente que el de Blue Origin ha llamado más la atención por la persona detrás del proyecto, el multimillonario Jeff Bezos.
Después de haber llegado al espacio con su propia empresa, Jeff Bezos quiere expandir su visión de turismo comercial a una estación permanente, que serviría de 'hotel espacial' en la que los clientes podrían permanecer durante un tiempo. Pero el verdadero motivo por el que la NASA se ha interesado es por el "uso mixto", ya que también permitirá instalar módulos dedicados a experimentos científicos.
La NASA ha destacado que una infraestructura compartida como la que propone Blue Origin puede soportar las necesidades tanto del sector comercial como de las de investigación, industria y gobierno, minimizando los costes. En otras palabras, sí, permitirá turismo espacial, pero esos ingresos pueden mantener la estación para propósitos más 'serios' como los que la ISS tiene ahora.
Sin embargo, Blue Origin tiene una dura competencia. Del proyecto de Nanoracks, la NASA elogia que su diseño permitirá que cuatro astronautas permanezcan siempre en órbita, con la misma potencia, el volumen y la capacidad de la ISS actual, lo que puede encajar mejor con sus exigencias.
Por último, el proyecto de Northrop Grumman tiene la ventaja de que esta compañía lleva décadas dando soporte a la NASA y al ejército de los EEUU; así que usa elementos probados y que ya han demostrado su valía, además de un sistema modular con varios puertos que permitirá una expansión futura, incluyendo gravedad artificial.