
El Redmi Note 8 es la nueva versión del superventas de Xiaomi, un modelo muy barato, pero que incluye todo lo que podría esperar el consumidor en un smartphone moderno.
Los que trabajamos en la prensa tecnológica cometemos siempre el mismo error. Nos centramos demasiado en los productos punteros, los que traen las innovaciones más sorprendentes y los objetos de deseo de la mayoría; y sí, también son los más caros. Pero en la "vida real", esos no son los productos más vendidos.
Y si no, que se lo digan a Xiaomi. El fabricante chino ha conquistado el mercado español, y ha confirmado que su submarca Redmi es uno de sus principales "buques insignia". Sus móviles suelen estar disponibles a precios ridículos, y por lo tanto, son capaces de alcanzar a usuarios que normalmente ni se plantearían la compra de un smartphone.
El Redmi Note 8 es uno de esos modelos, y este año se ha actualizado con una nueva versión que, previsiblemente, ocupará los primeros puestos en las listas de ventas con millones de ventas, y he podido comprobar por qué.
Buenas sensaciones
El Redmi Note 8 2021, a simple vista, no difiere mucho de la versión anterior, que data ya del 2019; como el año en el nombre indica, estamos ante una revisión, más que ante un nuevo móvil. La prioridad ha estado en renovar el hardware para mantener el atractivo en un mercado cada vez más competitivo.
Por lo tanto, en el exterior las cosas no han cambiado. Sigue siendo un móvil relativamente elegante, que hace lo imposible teniendo en cuenta las limitaciones de presupuesto. La unidad probada tiene un acabado negro que, sorprendentemente, no atrae tanto las huellas como creía; eso es porque es de plástico, no de cristal, al igual que el resto del chasis del dispositivo. Aún así, en la mano no se siente mal, y si bien es algo más pesado de lo habitual (190 gramos según Xiaomi), la clave está en el formato; la pantalla es algo más ancha de lo habitual, con la tendencia de los últimos años en crear pantallas más altas. Como resultado, aunque la pantalla es de 6,3 pulgadas, se nota algo más pequeña; es una sensación más parecida a la del iPhone 11 y similares, por ejemplo.
La pantalla en sí también da buenas sensaciones, aunque viene sin protector y por lo tanto, el consumidor tendrá que comprarlo aparte. Al menos, la pantalla tiene protección Gorilla Glass 5, y en la caja sí que nos encontramos con una funda para proteger la trasera, y aunque no confiaría mucho en ella, es mejor que nada.

La resolución de 2340 x 1080 píxeles es suficiente para el tamaño de pantalla, y no tengo ninguna queja sobre la definición y la calidad de imagen. En cambio, el brillo es mejorable (aunque Xiaomi afirma que es de 500 nits), especialmente por culpa de la función de brillo automático, que constantemente lo baja al mínimo sin importar las condiciones; tuve que pelearme constantemente con el brillo hasta que me harté y desactivé esa función. También me sorprendió comprobar que los ángulos de visión no son perfectos, perdiendo riqueza de colores en ángulos extremos.
También tuve que soportar unos bordes algo más gruesos de lo habitual; fue entonces cuando me di cuenta de lo malacostumbrado que estaba a lo bueno, aunque en mi defensa, el borde inferior es tan grueso que Redmi ha tenido que meter su logotipo ahí, presumiblemente para que no se note tanto.
Por lo demás, es una pantalla más que decente que se comporta especialmente bien en contenido multimedia y, por supuesto, para usar apps como WhatsApp. Ayuda mucho el uso de MIUI 12.5, basado en Android 11; las animaciones son rápidas y dan una sensación muy agradable, aunque como es habitual, que se aleje tanto de Android básico puede molestar a algunos. Como también molestará la presencia de bloatware, aplicaciones preinstaladas de todo tipo que, al menos podemos preinstalar; lo que no podremos eliminar son los anuncios cada vez que instalemos una app o abramos una carpeta.
Más potencia
La gran diferencia del nuevo Redmi Note 8 2021 respecto al modelo anterior la encontramos en el interior, con un procesador Helio G85 de Mediatek, que sustituye al veterano Snapdragon 665; como resultado, podemos disfrutar de una potencia superior gracias a los ocho núcleos de hasta 2,0 GHz, aunque el efecto en el sistema es debatible. En la pantalla de inicio, el móvil se siente bien, y la interfaz y los menús se mueven rápidamente; también he podido navegar por Internet con varias pestañas abiertas sin problemas, ayudado por los 4 GB de memoria RAM incluidos. Pero en cuanto le pedimos algo más, podemos notar cómo empiezan los "saltos" y la pérdida de rendimiento, aunque no es algo que le pueda echar en cara. Para este rango de precios, es un rendimiento adecuado.

La experiencia en videojuegos ha sido algo agridulce. Algunos de los más exigentes como Genshin Impact no han sido jugables, incluso a resolución muy baja (tanto, que afectó a la calidad de imagen). En cambio, otros títulos me han dado una agradable sorpresa. Como por ejemplo, PUBG, en el que he podido jugar (y ganar) perfectamente con este Redmi Note 8. Con la configuración de gráficos adecuada, este móvil puede servir para jugar.
Cuando vi que el Redmi Note 8 tenía nada menos que cuatro sensores en la parte trasera, suspiré de angustia por tener que probarlos todos. Muchos fabricantes meten tantas cámaras como sea posible, sin importar su utilidad, y lamentablemente, este es uno de esos casos. La única cámara que realmente recomiendo es la principal de 48 MP y apertura f/1,79, que nos permite tomar fotos muy decentes y nos ofrece la posibilidad de usar la tecnología Super Pixel 4 en 1 para tomar fotos de 12 MP en modo automático, aunque pierde detalles en las zonas oscuras. En cambio, el gran angular de 8 MP y f/2.2 consigue una imagen demasiado borrosa, hasta el punto de que parece irreal, como si estuviésemos en un sueño. El sensor macro de 2 MP podría conseguir buenas imágenes, si no fuera por su baja resolución y lo difícil que le resulta enfocar. Por último, el sensor de profundidad es un apoyo para el resto, pero su utilidad es dudosa. La grabación de vídeo tampoco es la mejor, alcanzando sólo 1080p a 30 frames por segundo; ni siquiera podemos bajar a 720p para conseguir los 60 fps.

En el frontal, la cámara selfie es de 13 MP y cumple su función, incluyendo todo tipo de filtros y un modo belleza. También sirve para desbloquear el móvil con nuestra cara, aunque hay que tener en cuenta que sólo se usa la imagen de la cámara y por lo tanto, es más inseguro.
La otra opción para seguridad la tenemos en la parte trasera del móvil, con un lector de huellas dactilares. Es rápido y fiable, aunque la posición puede ser poco natural dependiendo del tamaño de la mano, como ha sido mi caso; eso ha provocado que haya fallado muchas veces intentando desbloquear el dispositivo.
Curiosamente, el Redmi Note 8 2021 incluye un cargador de 22,5 W en la caja, pero no lo podremos aprovechar del todo, ya que la carga rápida alcanza sólo los 18 W; aún así, es un gran punto a favor de Xiaomi, así como la gestión de la batería. Como es habitual en esta gama, también nos encontramos con un sistema de SIM doble, aunque limitados a redes 4G como máximo. También podemos usar una microSD para aumentar los 64 GB de almacenamiento internos, hasta 256 GB.
El Xiaomi Redmi Note 8 2021 representa la vuelta de todo un clásico de la gama media/baja. Sigue siendo una de las mejores opciones si tenemos en cuenta su precio: en su página web, Xiaomi lo ofrece por sólo 159,99 euros. Puede parecer que me he quejado de muchos aspectos, pero los puedo perdonar todos, achacándolos a una simple cuestión de costes. Aunque es cierto que no podemos esperar lo mismo de un móvil de 160 euros que de uno de 400, el Redmi Note 8 2021 tiene su orgullo, ofreciendo un rendimiento mejorado y muchas funciones.