
A partir del 2023, todos los portátiles con Windows 11 preinstalado tendrán al menos una webcam frontal. La decisión llega directamente de Microsoft, en un intento de garantizar que todos los modelos cuentan con funcionalidades básicas, pero ¿qué significa eso para nuestra privacidad?
No hay nada que demuestre mejor cómo la pandemia mundial ha cambiado las exigencias de los usuarios, que fijándonos en la demanda de portátiles con webcam. Antes de febrero de 2020, prácticamente nadie usaba estas cámaras, y sólo eran útiles para algunos usuarios profesionales.
Fabricantes como Asus vieron esto como una oportunidad de oro para deshacerse de una pieza y no sólo ahorrar en costes, sino también reducir el grosor de los bordes de la pantalla. Otros como Huawei buscaron nuevos sitios en los que meter la webcam, afectando seriamente al uso pero ¿qué importaba si la íbamos a usar sólo de vez en cuando?
La popularización del teletrabajo y las videollamadas en grupo por la pandemia lo cambió todo. Las ventas de webcams USB se dispararon, y la inclusión de una cámara volvió a ser vital para elegir un portátil u otro. Ahora, algunas marcas cuentan a elEconomista.es que han pillado el mensaje, y volverán a incluir webcams en sus dispositivos.
Pronto, tendrán que hacerlo obligadas por Microsoft. Entre los nuevos requisitos de Windows 11 se encuentra uno dirigido sólo a portátiles: la necesidad de contar con una cámara frontal; y no vale cualquiera. Tendrá que contar con características relativamente avanzadas, como resolución en alta definición o mejor, auto exposición, y balance de blancos automático para conseguir una imagen de calidad.
El nuevo requerimiento empieza en el 2023, por lo que los primeros portátiles con Windows 11 aún podrán "escaquearse" y no incluir una cámara; pero a partir de ese año, todos los modelos tendrán que incluirla. Por el momento, los ordenadores de sobremesa se salvan y no tendrán que incluir una webcam, pero da la sensación de que es cuestión de tiempo; probablemente los "todo en uno" serán los primeros.
Seguridad y ¿espionaje?
Hay varios motivos por los que Microsoft está tan interesada de repente en las webcams. El primero es Windows Hello, su sistema de identificación; Microsoft quiere que sea algo natural que el portátil se desbloquee sólo con acercarnos, algo que ya ofrecen algunos portátles como el Asus ExpertBook. Esto está asociado con el otro requisito que tendrán todos los portátiles Windows 11: un chip TPM 2.0, encargado del cifrado y la criptografía que permitirá mejorar la seguridad en estos inicios de sesión.
Los otros motivos suenan algo más distópicos. No es ningún secreto que Microsoft está investigando métodos para mejorar la productividad en el trabajo, incluyendo el uso de cámaras para estudiar el lenguaje corporal y las expresiones faciales. Estos algoritmos son capaces de saber si alguien realmente está atendiendo a lo que se dice en la reunión, o si está "aburrido"; oficialmente, Microsoft lo presenta como una herramienta para que las empresas puedan mejorar su ambiente de trabajo, pero el miedo es que pueda ser usado para castigar, o incluso despedir a quienes no están "atentos". Un portátil Windows 11 con webcam sería capaz de todo eso, pero está por ver si Microsoft está dispuesta a implementar esta tecnología a ese nivel.