
No siempre la tecnología nos facilita la vida. Ni siquiera si se trata de Google Maps. Si no están convencidos, pregunten en las calles de Baunei, un pintoresco pueblo de la costa este de Cerdeña, en la provincia de Ogliastra. Allí, bajo el reclamo de unas playas paradisiacas a la sombra de la cadena montañosa de Supramonte, decenas de turistas y excursionistas han tenido que ser rescatados de caminos intransitables solo por seguir a pie juntillas las indicaciones del navegador más famoso del mundo.
Los servicios de emergencias del Ayuntamiento de Baunei han asumido en los últimos dos años casi 150 rescates de viajeros con BMW, porsche y otros turismos pequeños que quedan atrapados en vías montañosas sin salida y sólo aptas para senderistas expertos. Se trata de caminos abiertos por las cabras salvajes de la zona que Google Maps indica a los usuarios como si de carreteras comunes se tratara.
Tras el último incidente -una pareja atrapada en un porsche-, el alcalde del municipio, Salvatore Corrias, tomó una decisión drástica a la altura de las circunstancias: puso carteles en la entrada de los caminos que suelen ser confundidos alertando a los conductores de que no sigan las indicaciones del popular navegador. "No seguir las direcciones de Google Maps", es el sencillo mensaje, en inglés y en italiano, de los carteles con sello policial instalados en los puntos de confusión. "Es mejor seguir los antiguos y fiables mapas de carretera o mejor aún, contratar a guías expertos de la zona: ninguno de ellos va a poner en peligro a los excursionistas", ha recomendado Corrias, según recoge la agencia de noticias italiana ANSA.

La ruta que ha provocado más problemas para los visitantes es la que une las famosas cala Luna y cala Goloritzé. La primera, una playa de arena dorada y aguas turquesas guarnecida por una rocosa cueva, es uno de los enclaves más simbólicos y deseados de Cerdeña. Pese a que las webs de turismo de la isla informan claramente de que las únicas vías de acceso a cala Luna son la marítima -hay excursiones en barco desde cala Gonone- y la pedestre -advierten, eso sí, de que son 4 kilómetros de gran dificultad desde cala Fuilli-, los cantos de sirena de Google Maps continúan hipnotizando a los conductores.
Antes de recurrir a los letreros, las autoridades municipales contactaron con el gigante tecnológico norteamericano para reclamarle que corrigiera la información de sus mapas en la zona, pero Google, aunque tomó nota de la incidencia, no contaba entre sus prioridades a los excursionistas de Cerdeña. Ahora, tras la repercusión mundial de esta historia, la compañía de Silicon Valley acaba de anunciar al alcalde de Baunei que revisará "de inmediato" los planos para que el navegador deje de dar información engañosa a sus usuarios.
"La gran máquina del mundo se ha movido y se ha puesto en contacto con nosotros", relata, satisfecho, Salvatore Corrias en Facebook. Google se ha comprometido a redefinir las zonas accesibles del Supramonte e incluso, "eliminar las rutas que han sido engañosas hasta la fecha".