
Esta crisis sanitaria ocasionada por el coronavirus está provocando que muchos se resguarden en recuerdos positivos del pasado para afrontar con más fuerza y optimismo el tiempo presente y futuro. Una de ellas ha sido la presentadora Cristina Pedroche, que ha publicado en su Instagram la imagen que desvela cómo se hizo su último traje de Año Nuevo.
Bautizado como Venus MMXX, el vestido de la presentadora necesitó de 650 horas de trabajo del escultor Jacinto de Manuel. Oro en la pieza, negro en la seda y los mitones que la acompañan componen la ecuación de moda con la que Cristina Pedroche presentó las campan en A3. Un trabajo de estilismo que lideró Josie, colaborador de la revista semestral 'Status'.
Jacinto de Manuel explica que la pieza final es resultado y evolución de un primer bloque de escayola que empezaron a tallar mezclándolo con moldes directos sobre el cuerpo de Cristina, "uniendo partes y medidas reales con otras idealizadas para conformar el busto de una diosa·, explica. Aquellos puntos donde las medidas del busto y de Cristina debían ser exactas se llegaron a tomar impresiones hasta en ocho ocasiones; aunque el proceso más complejo, importante y de mayor duración fue el de tallado y modelado, llegando a llevar mas de 500 horas de trabajo junto al maestro Juan Carlos Andrés.
Tras el moldeado, los artesanos realizaron un molde de silicona y escayola para sacar una primera pieza de resina y fibra de vidrio reciclado, en donde se hicieron todas las pruebas tanto de acabado como de fijaciones o rectificaciones físicas tras las pruebas con la presentadora. "Después de este proceso se sacó un nuevo y definitivo busto rectificado que se finalizó mediante la técnica tradicional de dorado con pan de oro, con ayuda del maestro Damian Rojo", relata jacinto de Manuel.
La inspiración de este estilismo cuenta con una importante carga mitológica. El dorado hace referencia a la manzana dorada de la discordia de la diosa Romana y Jacinto de Manuel ha tomado el camino de Gea inspirado también por el Kintsugi, el arte ancestral japonés de arreglar objetos dañados con oro: "Se basa en ver lo bello en lo imperfecto, y al dotar a esa imperfección del influjo del oro no sólo se arregla el objeto, sino que se consigue ir un paso más allá creando algo nuevo, más poderoso", cuenta el artista.
La pieza artística se acompañó de un cameo textil realizado por modistas dirigidas por Josie, que confeccionaron una gargantilla de seda negra que se extiende por el frente y el trasero de la escultura a modo de tirante, sujetando una falda con cola de más de cinco metros.
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