Transportes y Turismo

Bélgica confirma a CAF como el fabricante de su megapedido de trenes por 3.000 millones

El Consejo de Administración de la operadora pública belga SNCB ha confirmado este miércoles al fabricante español CAF como proveedor preferente en el proceso de adjudicación del contrato marco para la renovación de su flota ferroviaria. La decisión permitirá reactivar un proceso que llevaba varios meses en el aire tras las quejas del candidato francés Alstom, que impugnó el proceso y realizó una fuerte presión política para tratar de cambiar la decisión de la empresa pública belga.

La confirmación de CAF como proveedor preferente se produce tras la anulación temporal de su designación por parte del Consejo de Estado belga, que en febrero suspendió la decisión inicial del Consejo de la SNCB y exigió una justificación más detallada. En su nueva resolución, el Consejo de Administración indica que ha tenido en cuenta dicho fallo al motivar su decisión de reconfirmar la elección de CAF, abriendo así la puerta a la adjudicación definitiva en las próximas semanas.

La decisión de reconfirmar a CAF llega en un contexto marcado por la presión política y sindical en Bélgica y por la tensión diplomática con Francia, donde Alstom —el principal competidor de CAF en este concurso— cuenta con una fuerte presencia industrial en el país vecino, con cuatro centros de producción y cerca de 1.900 empleados.

Representantes políticos francófonos y flamencos, así como el propio Gobierno francés, han expresado en los últimos meses su malestar por la posible adjudicación a una empresa extranjera, pese a que la SNCB insiste en que el proceso se ha basado exclusivamente en criterios de calidad técnica y económica.

Como respuesta a estas críticas, la empresa ferroviaria belga ha destacado de que las ofertas de los tres licitadores —CAF, Alstom y Siemens— mencionaban el uso de proveedores locales. Tras recordar que la legislación europea impide utilizar criterios de producción local como elemento de adjudicación, la SNCB ha valorado de forma positiva esta voluntad de colaboración con el tejido industrial belga e invita a CAF a ejecutar algún tipo de alianza con actores locales durante la ejecución del contrato.

Además, y como novedad respecto a la fase anterior del proceso, el Consejo de Administración ha encargado a la dirección de la SNCB que solicite a CAF una declaración formal sobre el respeto de sus actividades al derecho internacional y a los derechos humanos, en línea con los compromisos éticos del operador belga.

Lo hace como respuesta a las críticas que señalan al fabricante vasco por suministrar tranvías a distintas autoridades de transporte de Israel, como la de Tel Aviv. Estas unidades luego son destinadas a prestar servicios en territorios palestinos ocupados ilegalmente por colonos israelíes.

El mayor pedido de la historia de CAF

El contrato marco con CAF, valorado en 1.695 millones de euros en su fase inicial, podría alcanzar una cifra superior a los 3.000 millones si se ejecutan todas las opciones previstas. El procedimiento de licitación europeo lanzado por la SNCB prevé una primera adquisición de trenes con 54.000 plazas y contempla opciones de compra vía contrato marco para extenderse hasta las 170.000 plazas.

Las nuevas automotrices deberán incorporar mejoras significativas en accesibilidad, información a bordo, conectividad digital, zonas de silencio, espacios para bicicletas y, en algunos casos, propulsión mediante baterías, en sustitución de las unidades diésel aún en servicio.

La decisión supone la reactivación de un proceso clave para el futuro del transporte ferroviario en Bélgica y da continuidad al concurso iniciado en diciembre de 2022. Este contrato se inscribe en el Contrato de Servicio Público 2023-2032, firmado entre la SNCB y el Estado belga, que establece que al menos el 50% de la flota de trenes del país debe ser renovada antes de 2032.

El objetivo es responder al crecimiento previsto de la demanda de viajeros, mejorar el confort y sustituir el material obsoleto, propenso a averías, por unidades más eficientes energéticamente y operativamente más flexibles. SNCB había avisado de que, en caso de demorarse la resolución del contrato o tener que lanzar uno nuevo, muchos servicios tendrían que ser cancelados y los viajeros sufrirían una caída de su confort al tener que reducir la flota por su antiguedad.

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