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La deuda nipona reacciona al acuerdo comercial con EEUU y descuenta la subida de tipos del Banco de Japón

  • El bono nipón a diez años marca nuevos máximos con la rentabilidad en el 1,59%
  • Sube la probabilidad al 85% de asistir a un ajuste de tipos, según los contratos OIS
  • La subasta de deuda a 40 años registra la peor demanda desde 2011
El mercado espera la intervención del Banco de Japón. Dreamstime

El acuerdo comercial entre Estados Unidos y Japón anunciado por Donald Trump añade una nueva variable a tener en cuenta en los mercados financieros nipones. El rendimiento de los bonos soberanos aumentó en toda la curva con la noticia al descontar que un desenlace favorable en materia de aranceles forzará la intervención del Banco de Japón con una nueva subida de tipos de interés antes de finalizar el 2025. Tanto la deuda soberana corto plazo como los de mayor duración anotan un incremento de casi 10 puntos básicos de rentabilidad que llevan al bono japonés a 10 años a nuevos máximos al alcanzar el 1,59%.

La deuda japonesa ya estaba marcada por las ventas desde antes de que se produjeran las elecciones en la Cámara Alta nipona del pasado fin de semana. El resultado, que expulsó al Partido Liberal Democrático (LDP) del poder, ya tensó a la deuda gubernamental. La intención de dimitir del primer ministro, Shigeru Ishiba, es otro acontecimiento a tener en cuenta en Japón.

No obstante, es el acuerdo comercial con Estados Unidos lo que el mercado interpreta como clave para la hoja de ruta del responsable de la política monetaria que afecta al yen y a la deuda nacional. "El acuerdo comercial entre Japón y Estados Unidos probablemente aumentará los rendimientos, ya que facilitará que el Banco de Japón suba las tasas de interés", comentaron desde Sumitomo Mitsui Trust Asset Management en una nota recogida por Bloomberg.

El acuerdo que fija grabar las importaciones niponas a EEUU al 15% fue un resultado menos nocivo de lo esperado. Eso disparó las acciones japonesas y llevó al índice Nikkei a subir más de un 3,5%. Pero el mercado de deuda se dejó llevar por un impulso vendedor. Y es que de la mano del acuerdo existiría un compromiso de Japón de invertir en EEUU 550.000 millones de dólares, según Trump, que implica aumentar el gasto gubernamental. Esto será negativo en el largo plazo para Japón, según el investigador jefe del grupo Sony Financial, Yuji Nakamura.

Sin conocer el futuro político de Ishiba o si se aprobarán recortes de impuestos en Japón, lo que el mercado está descontando es que unos aranceles del 15%, frente al 25% que se barajaban con anterioridad, implicarán mayor crecimiento económico del país del sol naciente que podría ir ligado a otro repunte de los precios. Para evitar este escenario, el Banco de Japón se vería obligado a realizar un ajuste en su política monetaria.

Un nuevo ajuste de tipos antes del 2026

Si los índices OIS (overnight indexed swaps, acuerdos financieros que sirven para gestionar el riesgo frente a los tipos de interés y se utilizan para proyectar dónde se establecerá el precio del dinero a corto y medio plazo) recogían antes de conocer el acuerdo una probabilidad inferior al 60% de que se produjera una subida de tipos de interés en 2025, ahora la probabilidad roza el 85%. Según estos acuerdos financieros, la subida que espera el mercado sería de 20 puntos básicos previsiblemente en la reunión de diciembre, según Bloomberg.

El bono de Japón a diez años anota este martes nuevos máximos no vistos desde 2008. No obstante, son los bonos a más corto plazo los que reaccionaron con mayor virulencia al anticipar que el aumento de tipos se producirá antes de vender el año. Sin embargo, los bonos a más largo plazo tuvieron un motivo adicional para ver cómo crece la rentabilidad exigida por los inversores. Japón también salió este miércoles al mercado en busca de financiación con bonos a 40 años. El resultado se saldó con la menor demanda en este tramo desde 2011, lo que empinó la curva nipona por esta parte.

Esto es un recordatorio de que Japón ya tenía sus propias preocupaciones antes de que Donald Trump presentase al mundo su guerra arancelaria que llevó a todos los países a mirar hacia fuera. "Ahora que se ha llegado a un acuerdo, los mercados volverán a centrarse en las perspectivas fiscales de Japón, con riesgos centrados en nuevas caídas de los bonos gubernamental y el yen", opina la experta del Commonwealth Bank UNSW, Carol Kong.

La desorbitada deuda nipona

La deuda japonesa en circulación roza los 7,6 billones de dólares y el 250% de su producto interior bruto.Y la mitad de la misma está en manos del Banco de Japón. Esto presenta un problema adicional para los responsables de la política monetaria del país porque reducir su balance es otra vía para endurecer las condiciones sin subir los tipos de interés. No obstante, esto también tiene una consecuencia en la deuda en circulación que, normalmente, se traduce en el incremento de las rentabilidades.

De hecho, el Banco de Japón ya cambió de criterio para evitar que los bonos nipones se disparen en el mercado. Su estrategia ahora es la de seguir reduciendo su ritmo de compra de deuda, aunque esta reducción es ahora más laxa para controlar el mercado de deuda. Así, la que históricamente ha sido uno de los mercados de renta fija más estables del mundo registra un incremento de rentabilidades que supone la caída de los precios de estos bonos. Y esto puede aumentar aún más los costes de financiación en Japón.

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