
Hay un antiguo refrán que dice: "Desayuna como un rey, come como un príncipe y cena como un mendigo". Y la verdad, es que no va nada mal encaminado. La ciencia ha confirmado que una cena ligera es la mejor opción para cuidar de nuestra salud. Y es que, esto lo explica la crononutrición, un término en auge que cada vez capta la atención de más expertos.
Luca Piretta, gastroenterólogo, explica en el medio italiano 'La cucina italiana', que nuestro organismo no es capaz de metabolizar, digerir y absorber los nutrientes de la misma manera a cada hora, por lo que el impacto de la nutrición varía en función del momento.
En profundidad
Teniendo en cuenta eso, se entiende la recomendación de una cena ligera, pues por la noche el cuerpo metaboliza los alimentos mucho más lentamente, justo al contrario que a primera hora, cuando necesita energía para comenzar el día. "Quienes comen mucho y tarde, tienen más probabilidades de ganar peso y sufrir problemas gastrointestinales", explica Piretta.
Ahora bien, cenar ligero y temprano, no significa tener que ayunar. La crononutrición y el ayuno son dos conceptos diferentes y que es importante no confundirlos. Mientras que uno alega que lo mejor para nuestro organismo son las cenas poco contundentes, el otro apuesta por una forma de comer que implica descansos de 12 o 16 horas entre comidas.

Además, Luca Piretta también hace hincapié en que no es recomendable saltarse el desayuno o no tomarlo bien, como varios ciudadanos acostumbran a hacer. ¿Te sientes identificado? El mejor hábito que podemos adquirir de cara a gozar de una buena salud es optar por una comida equilibrada y cenar alimentos ligeros como podrían ser las verduras.
¿La hora ideal para cenar? Pues aunque aquí en España estamos acostumbrados a hacerlo a horas tardías, a partir de las 21:00 horas e, incluso, otros a las 22:00 horas, el gastroenterólogo italiano recomienda lo contrario: "Lo ideal sería no cenar después de las ocho de la noche, para adaptarse a la capacidad de nuestro organismo". Por supuesto, cambiar este hábito no es una tarea fácil, pero se puede implementar.