La Comisión Europea calcula que entre un 10 y un 25% del etiquetado energético de los electrodomésticos incumple la normativa, lo que ha evitado un ahorro de energía equivalente a los consumos de Suecia y Hungría.
Según un informe especial elaborado por el Tribunal de Cuentas Europeo, en las inspecciones realizadas a través de proyectos financiados por la UE, se recoge que el 57% de los productos vendidos a través de internet no se etiquetaba adecuadamente o ni siquiera tenían etiqueta. Mientras que en los establecimientos comerciales, el 18% de los productos no tenían etiqueta y en el 14% no se mostraba adecuadamente.
Cada Estado debe comprobar que los productos vendidos se ajustan a la legislación
El organismo, no obstante, asegura que estos porcentajes no pueden extrapolarse a todos los grupos de productos o el mercado de la UE en general puesto que las investigaciones realizadas han abordado con frecuencia los productos que tienen más probabilidad de incumplir la legislación, aunque admiten que estas investigaciones demuestran que el incumplimiento de la legislación "es un problema significativo".
Los auditores europeos indican que le corresponde a cada Estado miembro comprobar que los productos vendidos se ajustan a la legislación y añade que como se aprecia en los datos disponibles, los incumplimientos de los fabricantes y de los minoristas sigue siendo un problema importante ya que las pérdidas estimadas de energía ascienden a 174,8 TWh/año para 2020, es decir, alrededor de un 10% de los ahorros posibles.
En otro estudio elaborado por el Ministerio británico de Medio Ambiente, Alimentación y Asuntos Rurales en 2011 se estimaba que el impacto del incumplimiento por parte de fabricantes y minoristas equivalía al 6,2% de los ahorros energéticos, si bien advertía que era una estimación muy prudente.
Pruebas de laboratorio
En lo que respecta a las pruebas de laboratorio, la Comisión Europea centró sus investigaciones en tres tipos de electrodomésticos: luces LED, lavadoras y aparatos de refrigeración. Según los datos que se incluyen en este informe especial, el 10% de los LED tenían una clasificación energética incorrecta y en el 30% se consideraba que su calificación era no conforme a la normativa por otros motivos.
En lo que respecta a las lavadoras, el 70% tampoco estaba conforme por motivos como errores de documentación. Y, en los aparatos de refrigeración, el 20% tampoco cumplía con la clase energética que tenía asignada y otro 37% presentaba falta de documentación. De este modo, el etiquetado de los LED estaba conforme a la norma en un 60%, el de las lavadoras en un 30% y el de los aparatos de refrigeración en un 43%.
Por ese motivo, el Tribunal de Cuentas Europeo insta a una vigilancia eficaz del mercado que "debería desempeñar la función crítica de garantizar que los productos vendidos en la UE cumplan los requisitos del diseño ecológico y que los consumidores se beneficien del etiquetado energético".
El Tribunal de Cuentas inspecciona hasta 100.000 productos al año
El Tribunal ha constatado que el tipo y la extensión de las inspecciones y de las comprobaciones documentales variaban de manera considerable entre los Estados miembros y las autoridades visitadas. Según los informes presentados a la Comisión, el número de productos inspeccionados cada año oscila entre menos de 20 a más de 100.000 al año en función del Estado miembro.
Pese a todo, el Tribunal concluyó que las medidas de la UE contribuyeron efectivamente a alcanzar los objetivos de la política de diseño ecológico y de etiquetado energético, aunque su eficacia se redujo por los considerables retrasos en el proceso reglamentario y el incumplimiento de las normas por fabricantes y minoristas.
Las recomendaciones del Tribunal a la Comisión tratan sobre las mejoras de este proceso reglamentario y la forma de medir y notificar el impacto de la política, además de las medidas para facilitar un intercambio de información entre las autoridades de vigilancia del mercado y mejorar el cumplimiento de esta política.
Los ensayos realizados en laboratorio con modelos de productos fueron relativamente escasos y los Estados miembros visitados por el Tribunal de Cuentas Europeo no aprovechaban los resultados de otros Estados miembros para aplicar medidas de ejecución. En consecuencia, los consumidores de toda Europa no están protegidos por igual.
La legislación relativa al diseño ecológico se basa en la disposición de requisitos mínimos en materia de eficiencia energética y medio ambiente para productos destinados a los hogares y a la industria.
La Comisión considera bajo el nivel de vigilancia de los países
En 2015, la Comisión concluyó que existe un nivel bajo de actividad de vigilancia del mercado en la mayoría de Estados miembros y se necesitaba aumentar la cooperación. En los últimos diez años, la UE ha financiado diez proyectos de vigilancia del mercado sobre diseño ecológico y etiquetado energético a través de subvenciones en el marco de los programas Energía Inteligente-Europa y Horizonte 2020, con un presupuesto total de 19,5 millones de euros pero no ha servido para lograr grandes mejoras.
Desde el 1 de enero de 2019, los proveedores deberán introducir información en la base de datos EPREL cuando presenten una unidad de un modelo nuevo en el mercado. La Comisión debería haber permitido el acceso a la base de datos a las autoridades de vigilancia del mercado y al público, si bien no lo había hecho en el momento de realizarse la auditoria por parte del Tribunal de Cuentas Europeo. El tribunal pide también avanzar en la identificación rápida de los números de modelos equivalentes e introducir una referencia cruzada con la base de datos EPREL.
Para 2022, la Comisión prevé evaluar la adopción por las autoridades de vigilancia del mercado de las buenas prácticas identificadas en proyectos financiados por la UE, como la ejecución de inspecciones rentables a una escala adecuada.