La factura de la luz de los españoles se destina principalmente a la calefacción y, en segundo lugar, a los electrodomésticos, según datos de la OCU. Elegir un buen aislamiento térmico y un sistema de calefacción eficiente ayudará a ahorrar pero, ¿qué hacer para gastar menos en el uso de los electrodomésticos?
Algunas de las claves para lograr una eficiencia real pasa por conocer cuánto consume cada electrodoméstico, ya que permitirá hacer un uso responsable y adecuado de los mismos. No todos los aparatos consumen lo mismo: no es lo mismo un lavavajillas que un televisor, pero tampoco consumen lo mismo todas las lavadoras, dependiendo del modelo y la marca.
Para saber cuánto consume cada electrodoméstico los usuarios pueden consultar su etiqueta de eficiencia energética, ya que muestra información esencial a la hora de comprar un nuevo aparato. En concreto, la mejor alternativa siempre será optar por etiquetados A o, en su defecto, B-C; a partir del D se trata de electrodomésticos que derrochan mucha energía.
"El primer paso es conocer nuestro consumo y los mecanismos que tenemos a nuestro alcance para pagar menos en la factura"
"El primer paso es conocer nuestro consumo y los mecanismos que tenemos a nuestro alcance para pagar menos en la factura, como saber la eficiencia de nuestros electrodomésticos y cambiar hábitos sencillos en nuestro día a día", explica Emilio Bravo, CEO de Lucera, compañía eléctrica que suministra luz verde a precio de coste.
Desde la compañía recogen algunas claves a tener en cuenta con cada aparato para lograr un consumo más eficiente:
- Nevera
Es uno de los electrodomésticos que más consumen en un hogar, no porque no sea eficiente sino por estar siempre conectada, en constante uso. Puede incluso llegar a representar casi el 20% de la energía de un hogar, de modo que es importante contar con una eficiente e intentar reducir el consumo permanente. Si se va a cambiar, es recomendable fijarse bien en la etiqueta de eficiencia energética y apostar por la más alta. Las más eficientes solamente consumen 170-190 kWh al año, es decir, unos 20 o 30 anuales.
- Lavadora
Además de la etiqueta de eficiencia, hay que tener en cuenta la duración de los ciclos y la temperatura del agua. Cada vez que se pone la lavadora con agua fría se consumen unos 143 Wh; con el agua a 30º, 365 Wh; a 40º consumimos 579Wh y a 50º consumimos 652 Wh. Es decir, lavando con agua fría se ahora casi el 80% de energía comparado con poner un ciclo de agua caliente.
- Vitrocerámica eléctrica
Es difícil determinar cómo consume una vitrocerámica ya que siempre va a depender de su uso: es diferente si se utilizan 3 o 4 fuegos, solo el pequeño o cuánto tiempo, por ejemplo. La ficha técnica de la vitro debe indicar cuánto consume cada fuego o el rango de los mismos si tiene diferentes potencias. En cualquier caso, es importante saber que la vitro convencional consume un 45% más que la de inducción, que además es mucho más segura y fácil de limpiar.
- Horno
Se calcula que el horno supone un 8,3% del gasto energético y consume entre 800 y 1.200 Wh dependiendo del modelo. Sin embargo tiene un consumo bastante alto, por lo que es recomendable cocinar en microondas o en la vitro siempre que sea posible. Algunos consejos para optimizar el uso del horno es mantenerlo limpio de grasas, no abrirlo durante la cocción y apagarlo 5-10 minutos antes para aprovechar el calor residual.
- Lavavajillas
Consume un 6,1% de electricidad y gasta unos 246Wh. Utilizar programas cortos con baja temperatura y llenarlo al máximo supondrán un ahorro de energía considerable.
- Secadora
Es un electrodoméstico poco común en los hogares españoles ya que únicamente un 28,3% tiene secadora en casa. Sin embargo, tiene un consumo bastante alto -unos 270Wh-, prácticamente el doble de lo que consume la lavadora con agua fría.
- Microondas
Sin duda es el electrodoméstico a la cabeza de la eficiencia energética puesto que consume muy poco. Esto se debe a que la tecnología de microondas permite calentar directamente la comida sin utilizar o recalentar antes una superficie, lo que hace que se aproveche mucho más la energía. Por ejemplo, para calentar un litro de agua de 15º hasta 90º hacen falta solo 0,10 kWh.