Sanidad

La vacuna española de Hipra se retrasará cuatro meses si falla ante la variante ómicron

  • Concluye la Fase II del suero y comenzará la última tras Navidad
  • Sanofi y Novavax también retrasan su llegada ante la dificultad de afinar la eficacia
  • Europa considera que mezclar dosis mejora la protección contra el coronavirus

La irrupción de la variante ómicron es una dificultad añadida al desarrollo de las nuevas vacunas contra el coronavirus. Hipra no es ajena a la problemática y admite que están probando su formulación actual con los pocos casos que se están encontrando para ver si es efectiva. En el caso de que no lo sea, Hipra asegura que tardaría en reformular su suero entre cuatro y cinco meses. En el peor de los casos, es decir, que no funcione y ómicron se haga dominante, se retrasaría hasta abril o mayo.

Mientras tanto, la farmacéutica no descansa. A finales de la semana pasada concluyó el ensayo de fase II que comenzó hace un mes y ahora presentará los resultados cosechados a la Agencia Española del Medicamento. Según su calendario, y si todo ha ido bien, el último ensayo clínico antes de poder comercializar la vacuna se producirá a la vuelta de las vacaciones de Navidad, una vez el organismo dependiente del Ministerio de Sanidad dé el visto bueno. Con todo, Ómicron preocupa.

Lo que le ocurre a Hipra es extensible a otros desarrollos, a los que habría que añadir la cepa Delta que sí ha contemplado desde el inicio la vacuna española. La mayoría de los ensayos de los antígenos que están a las puertas de aprobarse (Novavax o Sanofi) se plantearon con escenarios pandémicos distintos y, aunque se han ido añadiendo pruebas con las variantes que aparecieron en 2021, lo cierto es que conjugar todos los datos clínicos por diferentes cepas retrasa el proceso.

Según ha podido saber este medio, esta es una de las razones por las que la nueva oleada de vacunas se están demorando más de lo inicialmente previsto. Tanto Novavax como Sanofi se esperaban antes de que finalizara el año, pero eso hoy ya es un imposible, prácticamente. La primera presentó a finales de septiembre sus ensayos clínicos de fase 3 con altos porcentajes de eficacia. Sin embargo, estaba medida con casos de la variante original y de la cepa alpha. Europa espera terminar la su evaluación antes de final de año, pero de ahí hasta que se produzca la autorización pasarán unos días.

Sanofi, por su parte, debía haber presentado ya sus resultados de fase 3 para poder optar a una autorización en 2021, pero éstos no terminan de salir a la luz y uno de los problemas es poder determinar adecuadamente la eficacia que tendrán ante el panorama epidémico actual.

Según fuentes consultadas, no se van a repetir eficacias como las que presentó Pfizer o Moderna hace un año, pero eso no quiere decir que los sueros sean peores. Todas las vacunas, incluidas estas dos mencionadas, reducen su eficacia cada vez que se conoce su actividad ante una nueva cepa, pero eso no significa que se conviertan en peores antígenos. La propia Novavax, en sus resultados presentados en septiembre reconocía una diferencia de 10 puntos en la eficacia contra la cepa origina de Wuhan y la variante Alpha.

Otra de las evidencias que se deben conocer de las nuevas vacunas es su papel como refuerzo. En Europa es el mercado al que van a poder acceder dadas las cotas de vacunación actuales. En este apartado, la ciencia sí parece estar más del lado de las vacunas basadas en proteínas. La pauta heteróloga (mezclar vacunas de distinta tecnología) va ganando enteros con cada estudio científico que se realiza.

Sin embargo, hoy por hoy, también en este aspecto las vacunas de Pfizer y Moderna están ganado la batalla por el retraso de los competidores. La Agencia Europea del Medicamento dice que otorga mayor pretección contra el Covid administrar una de estas dos vacunas a los que en una primera instancia recibieran Janssen o AstraZeneca, algo que significa la puntilla comercial para estos dos antígenos.

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