
Primer hito superado. España anhelaba rebasar el pico máximo de contagios y lo acaba de conseguir. Ahora, el próximo reto consistirá en doblegar la curva de nuevas infecciones. Así lo ha destacado del ministro de Sanidad, Salvador Illa, con unos datos que incluyen el desajuste contable por el retraso de las notificaciones, propio de los festivos. Este último detalle podría derivar este martes en un leve frenazo en la evolución, pero sin que sea motivo de desaliento. Todo lo contrario. En las últimas 24 horas se han detectado 3.477 nuevos casos, un 2 por ciento más que las cifras del día anterior, pero un 62% menos que hace dos semanas (9.222). Además, el repunte diario de los pacientes recuperados se ha situado en el 6%, con 2.336 alta médicas. El día de la vuelta a la actividad en los sectores no esenciales, tras justo un mes de confinamiento, ha coincidido con el aterrizaje de un nuevo avión carguero con cinco millones de mascarillas y 40.000 gafas, actuación que hay que agradecer al Grupo Oesía, Fenin e Iberia.
1. Fondos públicos para rebajar la factura del virus
Las entidades financieras supranacionales han alineado sus recursos y esfuerzos para sofocar el impacto de la crisis del virus a golpe de talonario. Al desbloqueo de más de 500.000 millones de euros en préstamos aprobado la semana pasada por el Eurogrupo ahora se añade la inyección del Banco Asiático de Desarrollo (BAD). Esta entidad ha triplicado los fondos para responder al coronavirus, hasta los 20.000 millones de dólares (18.300 millones de euros). El organismo con sede en Manila ha agregado el equivalente a 12.300 millones de euros al paquete inicial de casi 6.000 millones comprometidos el pasado marzo. Hace apenas dos semanas, el BAD estimó que el coste global de la pandemia oscilará entre 2 y 4,1 billones de dólares, lo que equivale a perder entre el 2,3% y el 4,8 % del PIB mundial. Pese a resultar escalofriantes, estas previsiones resultan más optimistas que las realizadas por otros organismos, entre ellas la Organización Mundial del Comercio (OMC) y el Banco Mundial .
2. El teletrabajo mantiene en acción a casi la mitad del país
Bendito invento lo del teletrabajo. Un reciente estudio de Randstad pone de relieve el significativo porcentaje de actividad económica que estos días mantiene ocupado el país, a pesar de las restricciones del coronavirus. Según estos datos, el 42,8% de las empresas españolas afirma "estar manteniendo su actividad durante la crisis del coronavirus gracias a la aplicación del teletrabajo". El mismo estudio, titulado 'El impacto de la pandemia en el tejido empresarial' y elaborado sobre 450 empresas españolas, indica que el 61,6 % de las empresas que mantiene la actividad ha recurrido al trabajo desde sus respectivos domicilios para intentar mantener la actividad como si estuvieran en la oficina, y casi la mitad de ellas, el 47,5 %, lo ha aplicado a más del 60% de su plantilla.
3. Mutua Madrileña ayudará a los mutualistas en paro
La aseguradora Mutua Madrileña ha reforzado sus iniciativas para echar una mano a los colectivos de su ecosistema afectados por la crisis del coronavirus, como es el caso de los mutualistas y pequeños y medianos proveedores. Entre otras aportaciones, la compañía pretende asegurar la liquidez necesaria para superar la presente situación de inactividad y falta de ingresos. Con estos fines, Mutua Madrileña destinará ayudas por importe de 45 millones de euros que, sumados a los 4 millones aportados al fondo solidario del sector asegurador en apoyo del personal sanitario, y el millón de euros empleado por la Fundación Mutua Madrileña para ayudar a colectivos vulnerables y a la investigación médica contra la enfermedad, representan una aportación total de 50 millones de euros. Según explica la empresa a través de un comunicado, "Mutua Madrileña destinará hasta 25 millones para ayudar a sus asegurados de auto y moto más afectados por la crisis a pagar este año el importe de su seguro; concretamente a los que pierdan su puesto de trabajo y a los autónomos que se vean obligados a cesar en su actividad. En esos casos, Mutua dividirá en tres plazos el importe de sus primas y se hará cargo del tercero de ellos".
4. Nueva York comienza a aplanar la curva con el confinamiento
Pese a la extrema gravedad de la magnitud de la pandemia en Nueva York, epicentro del brote de COVID-19 en los Estados Unidos, la ciudad comienza tímidamente a aplanar la curva, según valoraciones del gobernador Andrew Cuomo. Este mandatario ha asegurado que el cierre de negocios y escuelas -entre otras medidas de distanciamiento social- han ayudado a reducir las nuevas hospitalizaciones a 200 personas en el último día de censo, un tercio menos que el día anterior y el dato más bajo desde que comenzó la crisis, según informa Reuters. Asimismo, ha indicado que "lo que peoo ya ha pasado", pero ha mostrado su inquietud ante el riesgo de que el coronavirus se extienda desde la ciudad de Nueva York hacia los suburbios. "Esto es como mirar un incendio que avanza por la hierba seca con fuertes vientos", describió en un encuentro con la prensa. Además, el gobernador ha apuntado que "cualquier relajación de los cierres arriesgaba la aparición de nuevos brotes, señalando que la mortal pandemia de gripe española de 1918 había llegado en tres oleadas". Coumo también ha explicado "que el total de hospitalizaciones diaria rondaba las 18.000, muy por debajo de la capacidad de camas de hospitalización actual del estado, que es de 90.000".
5. Corea del Sur comparte sus recomendaciones de éxito
La respuesta de Corea del Sur a la crisis del coronavirus está siendo una referencia mundial, hasta el punto de que sus medidas son fuente de inspiración para decenas de gobiernos. Entre los conocedores del buen hacer de ese país frente a la crisis del coronavirus se encuentra Carlos Olave, director global de Recursos Humanos de LG. Este español afincado en Seúl ha compartido con elEconomista.es algunas de las recetas aplicadas por Corea del Sur, quizá consciente de la visibilidad global que le otorga "trabajar en la zona del planeta donde nace el sol", lo que "proporciona la sensación de que cada día 'levantas la persiana' del mundo", según explica. "Empezamos un nuevo día cuando el resto de los habitantes del planeta están esperando su llegada o incluso acabando el anterior", señala. "Por suerte o por desgracia", Corea del Sur ha ido por delante del mundo en la crisis de la COVID-19 y eso no ha sido fruto de la casualidad. Entre otras actuaciones, el directivo recuerda la importancia que ha concedido el país asiático a los test masivos, convirtiéndose en líder mundial en esta actividad, iniciativa siempre complementada con otras medidas, como las pruebas frecuentes de temperaturas y radiografías de tórax. Corea del Sur también ha llevado la voz cantante en el uso de aplicaciones para chequear la salud de la población y en la aplicación de medidas concretas de organización del trabajo y preventivas que han servido de inspiración a otros países, incluido España. Sobre esto último, el protocolo de actuación ante la pandemia incluye las siguientes medidas: mantenimiento de la distancia mínima de seguridad entre los trabajadores (mínimo un metro); evitar al máximo las reuniones (máximo 4 personas); si se realizan reuniones, entonces se debe guardar la distancia mínima de seguridad; reparto de kits de higiene a cada empleado con mascarillas, guantes y gel desinfectante; reorganización de los puestos de trabajo para asegurar la distancia mínima de un metro; ofrecer la posibilidad de teletrabajo a los empleados que pertenecen a grupos de riesgo (embarazadas, mayores de 60 años y todo trabajador con enfermedades previas que pueda aumentar su susceptibilidad frente a la infección por COVID-19); uso obligatorio de mascarillas y guantes; limpieza y desinfección diaria del centro de trabajo; recomendación de uso del transporte individual, eliminando o reorganizando el colectivo ofrecido por la empresa, si lo hubiera, para garantizar las distancias de seguridad; asegurar las distancias de seguridad en las entradas y salidas evitando aglomeraciones; gestionar la circulación de personas en zonas comunes como bares, restaurantes, cafetería, cerrando las instalaciones o estableciendo turnos de manera progresiva; favorecer el reparto de comida en la oficina a través de métodos de reparto a domicilio; garantizar la distancia mínima de seguridad en áreas confinadas, como el ascensor; limitar el número de personas en el mismo y fomentar el uso de escaleras; prohibición de los viajes de trabajo, salvo los estrictamente necesarios; en caso de viaje, guardar cuarentena de dos semanas; fomentar la comunicación a los empleados con recordatorios de prácticas higiénicas, novedades normativas sobre el tema, políticas de la compañía...; establecer protocolo de actuación en caso de que un empleado muestre síntomas durante la jornada laboral o confirmación de positivo; eliminar o reducir al mínimo la presencia de visitas, tomando en todo caso las mismas precauciones que con los propios empleados; y evitar al máximo el contacto entre personal externo e interno.