El Virus del Papiloma Humano (VPH) es la infección de transmisión sexual más frecuente a nivel mundial, pero una de las menos conocidas entre la población. En la actualidad hay 660 millones de personas infectadas en el mundo y se estima que más de un 80% de las personas sexualmente activas lo contraerán alguna vez en su vida. Es la principal causa de infección vírica del aparato reproductor, a la vez que es responsable de la gran mayoría de los casos detectados de cáncer de cuello de útero.
El VPH tiene una media de afectación del 14% en el caso de las mujeres y de hasta el 60% en varones y es el responsable de las verrugas genitales y de varios tipos de cáncer en ambos sexos. De hecho, cada año se detectan 570.000 casos nuevos de cánceres relacionados con el VPH en mujeres y 60.000 en hombres en todo el mundo. Este virus se relaciona con aproximadamente el 100% de los casos de cáncer de cérvix (de cuello uterino) y de las verrugas anogenitales, así como del 90% de los casos de cáncer anales, el 60% de cáncer de pene y hasta el 70% de cáncer de orofaringe, incluyendo la amígdala.
El VPH se transmite mediante el contacto de la piel o mucosas, siendo la principal vía de contagio la sexual. Según recoge la Asociación Española de Patología Cervical y Colposcopia (AEPCC), cualquier persona sexualmente activa que tenga contacto genital (incluso sin penetración) con otra persona infectada por el VPH puede contagiarse. La mayor probabilidad de contagio se da en los primeros años de vida sexual, por lo que entre el 20-30% de mujeres jóvenes (antes de los 30 años) son portadoras del virus.
La enfermedad suele cursar de manera asintomática, por lo que para su detección sería necesario recurrir a técnicas diagnósticas, como la citología. Uno de los objetivos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para 2030 es lograr que un 90% de niñas estén totalmente inmunizadas contra el VPH antes de cumplir los 15 años de edad, que el 70% de las mujeres sean examinadas mediante una prueba de alta precisión antes de los 35 y una vez más antes de los 45 años y que el 90% de las mujeres diagnosticadas con cáncer de cuello uterino reciban tratamiento.
Vacunas disponibles
Actualmente, la OMS ha precalificado 4 vacunas que protegen contra los tipos de VPH causantes de al menos el 70% de los cánceres de cuello uterino. Un dato importante es que las vacunas contra los VPH funcionan mejor si se administran antes de la exposición a los virus. Por tanto, para prevenir el cáncer de cuello uterino se recomienda vacunar a las niñas de 9 a 14 años, cuando la mayoría de ellas no han iniciado la actividad sexual.
Hasta la fecha, el Ministerio de Sanidad solamente la financiada vacuna en mujeres, pero a partir de este año se incorporará al calendario vacunal masculino y las comunidades autónomas tendrán hasta antes de finales de 2024 para incluirla. De esta forma, se ampliará la vacunación frente al VPH a los menores varones de doce años de edad.
Madrid, Andalucía, Castilla-La Mancha, Cataluña, Galicia, Murcia y Comunidad Valenciana ya vacunan o habían anunciado que vacunarán a niños contra el VPH a partir de 2023 y de forma gratuita para las familias. Galicia fue la primera CCAA que comenzó, el 15 de septiembre, con la vacunación contra el VPH en niños de 12 años. Los expertos aplauden la ampliación de esta vacuna en chicos, ya que tiene efectos positivos sobre sí mismos, pero también elimina la exposición de las chicas al cáncer de cuello de útero.
"En España, con la medida que ha adoptado el Ministerio de Sanidad sobre inclusión de la inmunización frente al VPH en varones de 12 años, se logrará esa equidad en la inmunización desde edades tempranas, y sin distinción de género, frente a las enfermedades prevalentes que puede provocar esta infección de transmisión sexual", explica Valentín Pineda Solas, pediatra del Hospital Universitario Parc Tauli y miembro del Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría (AEP), durante un encuentro con medios organizado por MSD.
Incremento de las ITS
Las cifras de infecciones de transmisión sexual (ITS) han dibujado un crecimiento exponencial en los últimos siete años, concretamente entre el periodo de 2012 a 2019, año en el que se publicaron los últimos datos por parte del Instituto de Salud Carlos III. Los diagnósticos de mujeres con ITS registrados en los Sistemas de Vigilancia Epidemiológica de las distintas comunidades autónomas alcanzaron la cifra de 16.304 en 2019. Esto significa un aumento del 1.053%, registrando 14.914 casos más con respecto a los últimos siete años.
Cada día se producen más de un millón de casos alrededor del mundo, pero la cifra no hace más que crecer y, por esta razón, ya se considera una de las prioridades sanitarias a nivel mundial. Las ITS cursan de forma más asintomática en mujeres que en hombres y esta es precisamente una de las claves que explican que la incidencia sea muchísimo mayor en ellas que en ellos. Concretamente, son las mujeres de entre 15 y 24 años las que mayor riesgo de contraer alguna infección tienen, representando la mitad del total de los casos registrados. El diagnóstico precoz es clave para frenar su expansión y prevenir nuevos contagios.