Tras completar con éxito las últimas pruebas de Lebrikizumab, en Almirall cuentan los días para poder comenzar a vender el fármaco que debe liderar su portfolio en los próximos años. La empresa espera el visto bueno de la Agencia Europea del Medicamento para el último trimestre de 2023 y lo pondrá en el mercado inmediatamente después. La comercialización irá por pasos y no estará disponible en todo el continente a la vez: Alemania y Reino Unido serán la avanzadilla a nivel de ventas.
Fuentes de la organización explican a elEconomista.es que el despliegue del medicamento dermatológico se producirá durante dos años. Al principio estará disponible en Alemania y Reino Unido, solamente. Al cabo de un año, el artículo ya se podrá adquirir en países como España, Italia y otros países del sur de Europa. No será hasta 2025 cuando aterrice en todos los mercados europeos en los que está presente la cotizada.
La firma dirigida por Carlos Gallardo inició en octubre el proceso para obtener la aprobación del fármaco en Europa en el resto del mundo los derechos pertenecen a la estadounidense Lilly-. Las expectativas son muy altas. El pasado ejercicio, la farmacéutica tuvo unos ingresos de 836,5 millones de euros y la empresa aspira a unas ventas anuales de hasta 450 millones con el producto, explicó en julio de 2020.
De este modo, Lebrikizumab debería ser el motor de la facturación de Almirall a medio plazo. Lo adquirió en junio de 2019 por 80 millones de dólares por la licencia y desembolsó otros 30 millones por el inicio de la fase III. Cuando logre el visto bueno definitivo de la Agencia Europea del Medicamento tendrá que abonar otros 85 millones de dólares. El pacto se cerró con Dermira, por la que Lilly pagó 1.000 millones poco antes del estallido de la pandemia.
"Puede ser un tratamiento transformador para Almirall", augura Carlos Gallardo
"Puede ser un tratamiento transformador para los pacientes, pero también para Almirall por el potencial que tiene de ventas en Europa", señaló Gallardo la pasada semana en las jornadas anuales que celebra el banco de inversión JP Morgan en San Francisco.
La venta la hará la propia Almirall en los países en los que tiene presencia o a través de terceros en los que no. La organización quiere ampliar su estructura y estudia abrir una filial en los países nórdicos, en los que opera con partners locales, explican desde la compañía. La cotizada retomó en 2022 su expansión internacional y abrió una nueva sociedad en República Checa para los mercados checo y eslovaco.
La farmacéutica cuenta con catorce firmas. La mayoría, en Europa, dónde tiene presencia en España, Portugal, Italia, Suiza, Austria, Polonia, Alemania, los Países Nórdicos, Países Bajos, Bélgica, Francia y Reino Unido. En América, centraliza sus operaciones desde Estados Unidos tras haber tenido sociedades en Canadá y México.
Los otros frentes de Almirall: China y compras
Pero el futuro de Almirall no está solo centrado en Lebrikizumab. En el encuentro de JP Morgan, los directivos de la compañía confirmaron el lanzamiento de Sarecycline para China en 2024. Se hará a través de un socio local, pues la empresa no tiene estructura en el país. La decisión impactará en la rentabilidad, pero permitirá a la compañía catalana vender allí sin tener que montar un equipo y una red de ventas.
Es, de hecho, la manera en la que trabaja en el gigante asiático, de la mano de grupos como Menarini, que pagan un canon al conglomerado español. Para Sarecycline, la empresa de los Gallardo no ha dado previsión de ingresos.
En cambio, ha retrasado la comercialización de Klisyri en Europa de 2025 a 2026. En Estados Unidos se mantiene la fecha de 2024. Mientras, dispone de hasta 1.000 millones de munición para comprar medicamentos, como avanzó elEconomista.es. La empresa sostiene que analiza adquisiciones pequeñas, de entre 15 y 20 millones.