
Mismo problema que el año pasado, pero distintas soluciones. Al comienzo del otoño de 2021, cuando un ciudadano tenía tos, fiebre u otros síntomas saltaban todas las alarmas: podía ser covid-19. Y ante esa posibilidad, cabían varias opciones.
Aprenderse a rajatabla toda la sintomatología posible y aventurarse a dictaminar de qué enfermedad se trataba; realizarse un test de antígenos, con la posibilidad de dar como resultado un 'falso negativo'; acudir a un centro de salud en busca del criterio de una voz autorizada; o dejar que pasase la enfermedad sin llegar a conocer de qué se trataba.
Este otoño, y ya inmersos en plena campaña de vacunación contra la gripe, podemos contar con una nueva y útil herramienta para el autodiagnóstico y para contribuir a la descongestión del sistema nacional de salud.
Gripe A, gripe B o coronavirus
Las farmacias ya han comenzado a recibir los nuevos test de antígenos que diferencian entre gripe y covid-19. En concreto, son capaces de discernir entre gripe A, gripe B y coronavirus.
Por el momento, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) ha registrado cinco test de diferentes marcas, de los cuales dos son de saliva y tres, nasales. Su precio, al incluir entre su diagnóstico la covid-19, está fijado al mismo que los test que se han vendido hasta ahora, entre 2 y 3 euros.
En cuanto a su funcionamiento, es exactamente igual a los que ya conocemos. Se recoge una muestra y se mezcla con el reactivo. Después, se vierten tres o cuatro gotas (según especifique el fabricante) y se echa al pocillo que hay en el casete. Dependiendo del tipo de test, este puede contener uno o dos pocillos, y disponen de dos o tres líneas de prueba (unas para la gripe y otra para la detección del virus de la covid). Dependiendo de qué líneas rojas se dibujen sobre cada carril, sabremos con un nivel de certeza elevado si tenemos gripe, covid o ninguna de ambas.