Tras dos años de pandemia y seis interminables olas, las mascarillas tienen las horas contadas. El Ministerio de Sanidad afirma que este accesorio dejará de formar parte del outfit diario de las personas después de que el Real Decreto aprobado este martes en Consejo de Ministros entre en vigor este miércoles con su publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE). A la espera de que llegue ese momento, todavía quedan algunas dudas sobre dónde será obligatorio o no llevar el cubre bocas.
En rueda de prensa, la ministra de Sanidad, Carolina Darias, ha resaltado que se trata de "un día importante en el que se siguen superando etapas de la pandemia, que comenzó hace ya más de dos años". "El covid sigue estando entre nosotros, pero evoluciona de manera positiva y los indicadores marcan un nivel bajo con carácter general, estable en la mayoría del territorio. Seguimos avanzando desde la prudencia pero también desde la progresividad", ha apuntado.
Darias ha insistido en que es el "momento oportuno" para tomar esta medida "muy meditada": "Nos encontramos en un contexto epidemiológico favorable que permite la flexibilización del uso de las mascarillas. Está motivada por la altísima cobertura vacunal de nuestro país, que ha cambiado las características de la pandemia".
Eso si, las mascarillas seguirán siendo imprescindibles en todos los centros sanitarios, incluidos los hospitales, centros de salud, lugares de transfusión de sangre o similares, y farmacias. Si las personas ingresadas se encuentran en su habitación sin visitas no hace falta que la utilicen. También será obligatoria en las residencias de ancianos para los trabajadores y los familiares que realicen visitas, pero no para los usuarios que vivan allí ya que este se considera su hogar.
Por otro lado, serán obligatorias para la ciudadanía en todo tipo de transporte público, es decir, autobuses, trenes, aviones, metro… y discrecional (taxis, VTC, etc.). En los barcos, se deberá llevar cuando "no se pueda mantener la distancia de 1,5 metros".
En cuanto al trabajo, la ley no obliga, como norma general, a mantener la mascarilla en el puesto de oficio, pero será una cuestión que decidirán los Servicios de Prevención de Riesgos Laborales en cada empresa. Así lo ha puntualizado Darias: "No resultará obligatoria con carácter general", no obstante, los responsables de prevención podrán acordar su uso "en función de la evaluación de riesgo del puesto de trabajo".
"Los trabajos son muy diferentes. Es muy distinto laborar en la calle a ser un camarero que transporta comida, o a ser un local abierto a una oficina donde la distancia es muy pequeña entre los trabajadores. Debería mantenerse en los lugares donde pueda haber personas susceptibles, de riesgo o de alta probabilidad de contagio", declara a este medio el portavoz de la Sociedad Española de Médicos Generales y de familia, Lorenzo Armenteros. De la misma forma, los alumnos en clase no tendrán que llevarla, una idea que venía reclamando la Sociedad Española de Pediatría.
Si se habla del sector de ocio y cultura, no hará falta utilizarla. Dentro de unas horas la gente no tendrá que ponérsela para entrar y salir de los bares y restaurantes. Tampoco es obligatoria en gimnasios, centros comerciales, en partidos de fútbol o baloncesto, aunque la ministra ha aconsejado un "uso responsable" en este tipo de eventos masivos. Seguirá siendo imprescindible si hay aglomeraciones al igual que en la calle; cines, teatros, bibliotecas o museos. Sin embargo, los trabajadores de estos recintos deberán seguir utilizándola si la empresa lo requiere.
Por otra parte, las personas con síntomas leves de Covid menores de 60 años y sanas ya no tienen que aislarse, pero sí deberán utilizar la mascarillas hasta diez días después de padecer los primeros signos de la patología.
El Ministerio de Sanidad recomienda un uso responsable de las mascarillas, especialmente para personas vulnerables, es decir, individuos mayores, mujeres embarazadas o pacientes inmunodeprimidos, entre otros; siempre y cuando no se pueda mantener la distancia de seguridad de 1,5 metros.
Desde que el miércoles 6 de abril, la ministra de Sanidad, anunciase la retirada de las mascarillas, existe un debate entre los expertos sobre si es positiva o no esta decisión. "Es una medida que para que pudiese darse con seguridad tendrían que cumplirse unos determinados requisitos que no se guardan ahora mismo. En este momento con independencia de que el deseo de todo el mundo sea el retirarla nos parece precipitado", afirma a elEconomista el portavoz.
Sanidad insiste en dar pasos progresivos, al contrario que otros países como Reino Unido que ha levantado las restricciones de golpe. Entre los grandes territorios de Europa, solo mantienen el cubre bocas en el interior Italia y Portugal. A la espera de que entre en vigor la nueva regla, quedan algunas dudas sobre la gestión de este paradigma por parte de los distintos espacios abiertos al público.