
Una nueva investigación de la Facultad de Medicina de la Universidad de Pittsburgh (Estados Unidos) publicada en 'JAMA Pediatrics' sugiere que el uso de pantallas se relaciona con un sueño más corto y una peor organización de la materia blanca del cerebro durante esta fase crucial del desarrollo cerebral en la adolescencia.
En profundidad
Cabe tener en cuenta que, en esta era digital, tanto niños como adultos suelen estar pegados a las pantallas de sus teléfonos inteligentes. La tecnología digital mantiene a los usuarios entretenidos, conectados con amigos y al tanto de las noticias importantes. Sin embargo, algunos informes sugieren que, especialmente en los adolescentes, el tiempo excesivo frente a estas pantallas puede estar relacionado con problemas de salud mental e incluso depresión.
"Las conexiones de la materia blanca cerebral son como autopistas que conectan ciudades", comenta el doctor João Paulo Lima Santos, autor principal e instructor de investigación en psiquiatría en Pitt. "Si estas autopistas no reciben el mantenimiento adecuado, viajar de una ciudad a otra puede ser lento e ineficiente, o incluso verse afectado".
En el estudio, los investigadores analizaron más de 1.000 encuestas en las que se pidió a los adolescentes que estimaran cuánto tiempo pasan por día mirando pantallas y cuánto tiempo duermen cada noche, en promedio.
Los escáneres cerebrales de los participantes revelaron algo intrigante: las conexiones de la sustancia blanca entre las regiones cerebrales que controlan la regulación emocional, la memoria y la atención eran más débiles y desorganizadas en los adolescentes que pasaban más tiempo con el teléfono o la tableta y no dormían lo suficiente; se parecían más a senderos sinuosos en un bosque que a una pista de carreras de ocho carriles. Estos adolescentes también presentaban niveles más altos de depresión, lo que sugiere que la interacción entre el tiempo frente a la pantalla y la calidad del sueño podría ser la clave para una mejor función cerebral y salud mental.
Más detalles
"Nuestro estudio consideró el tiempo frente a la pantalla digital como una definición amplia, pero es fundamental considerar los matices", asegura Lima Santos. "El momento del día en que se usa el teléfono inteligente y el contenido con el que se interactúa son importantes".
En sus futuras investigaciones, Lima Santos planea profundizar en la relación entre la organización cerebral, el sueño y los hábitos de uso de pantallas. Al recopilar datos de uso de pantallas directamente desde los teléfonos, espera obtener más respuestas sobre si el momento específico del día en que los adolescentes las usan es importante. Sospecha que la hora antes de dormir podría ser la clave, pero se necesita más investigación para respaldarla.
"Eliminar todos los medios digitales no es la solución", advierte Lima Santos. "Los medios digitales pueden ser beneficiosos, pero en algunas situaciones, sobre todo cuando el sueño se ve afectado, debemos ser más cuidadosos y prestar más atención".