
El amor por los animales es una cosa bien distinta a la obsesión por ellos. Y es que hay personas que viven por y para todas sus mascotas, cada vez quieren tener más y más en su domicilio y se ponen en su lugar como si tuviera sentimientos o fuera alguien de su familia.
"Que una persona viva con muchos animales puede ser expresión de amor y cuidado, pero también es importante evaluar si mantiene un equilibrio saludable entre su bienestar, el de los animales y su entorno", ha manifestado de modo contundente Randall Lockwood en 'Vice'. Y no es para menos.
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Pero esto no es todo. Según los expertos de 'Psicología y Mente', las personas obsesionadas por las mascotas comparten una serie de características, entre las que destacan las siguientes:
- Acumulación de animales en el domicilio. El síndrome de Noé se caracteriza porque la persona que lo sufre acumula un gran número de animales en su hogar. Un gran porcentaje de ellos, además, presentan un trastorno mental o médico previo, siendo habitual que aparezca junto a demencia, adicciones a las drogas...
- Problemas de higiene. Suelen llevar a cabo conductas de abandono del cuidado propio (autocuidado) y del hogar, a la vez que también suelen acumular objetos inservibles y muestran un comportamiento de aislamiento.
- Cuidados autosuficientes. No solo acumulan muchos animales, sino que además no le dan la atención básica que necesitan y son incapaces de reconocer lo que esto puede suponer para la salud y el bienestar propio como para el de los animales. No son crueles, simplemente no son conscientes de su propia conducta.
- No son amantes de los animales. Es reseñable distinguir entre las personas y los amantes de animales. Cuando hablamos del síndrome de Noé, hacemos referencia a un trastorno y una persona que tiene problemas serios asociados: depresión, de adaptación...