
La sensación de presión, ardor o punzadas que se producen en el corazón tienen como causa principal en muchas ocasiones el estrés, el nerviosismo o el miedo. Esta ansiedad suele causar una gran angustia debido a que el cuerpo percibe una situación como peligrosa, lo que hace que se liberen gran cantidad de hormonas que preparan al individuo para luchar o para huir.
A pesar de que se trata de un mecanismo de supervivencia, hoy en día en la mayoría de los casos la amenaza no es "real", sino más bien una construcción de nuestro cerebro. Según la Organización Mundial de la Salud, se calcula que un 4% de la población padece un trastorno de ansiedad, lo que lo convierte en uno de los trastornos más comunes del mundo.
Diferencias con un ataque cardíaco
En muchos casos, este dolor punzante puede asemejarse a un ataque cardíaco, no obstante existen algunas diferencias que podrían ayudar a distinguirlos. Por ejemplo, cuando se trata de ansiedad, el dolor en el pecho suele ser más leve y breve; suele estar relacionado con un factor desencadenante, como una situación estresante o un recuerdo traumático; y, en el caso de la ansiedad, esta suele mejorar con algunas técnicas de relajación.
Estrategias para hacerle frente
Por este motivo, los expertos han desarrollado algunas estrategias reconfortantes que pueden ayudar a aliviar ese malestar y promover una mayor sensación de calma. Tres de las técnicas más simples, pero efectivas para hacer frente a este problema son:
- Respiración profunda. En un posición relajada, cierra los ojos, inhala profundamente por la nariz y exhala lentamente por la boca. Una vez hayas repetido este proceso varias veces, tendrás una mayor sensación de calma y verás reducidos los niveles de estrés.
- Meditación. Una de las más sencillas es la técnica 3-3-3, la cual se basa en nombrar tres cosas que ves, tres cosas que escuchar y realizar tres movimientos con tres partes diferentes de tu cuerpo. Esto te ayudará a sentirte más centrado y a tener una mayor sensación de control.
- Ejercicio físico moderado. Una de las mejores formas de reducir la ansiedad y mejorar la salud física y mental es llevar a cabo actividades moderadas, como caminar, nadar o practicar yoga. Puesto que estas ayudan a liberar endorfinas y a mejorar el estado de ánimo, aliviando ese dolor en el pecho. Se deben incorporar al menos 30 minutos de ejercicio moderado a tu rutina.
Si experimentas este tipo de molestias de forma recurrente, es importante contar con la ayuda de un profesional de la salud mental, que permita proporcionarte el apoyo y la orientación necesarios para abordar tus preocupaciones y permita desarrollar estrategias efectivas para manejar la ansiedad.
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