
El kiwi, como bien todos sabemos, es una fruta de forma ovalada, con una característica piel fina de color marrón recubierta de vello. Su pulpa, de un color verde brillante, puede cambiar dependiendo de la variedad y aporta un sabor refrescante y jugoso.
Origen
Aunque el kiwi es, en la actualidad, algo habitual de las estanterías de los supermercados, no siempre ha sido así. De hecho, esta fruta tiene su origen, por muy raro que pueda parecer, en el Extremo Oriente y lleva bastantes siglos cultivándose en China.
No fue hasta principio del siglo XX, en 1904, que el kiwi llegó a las costas de Nueva Zelanda, cuando la neozelandesa Isabel Fraser se trajo unas cuantas semillas de kiwi de uno de sus viajes. O al menos esa es la información que proporciona en su página web 'Zespri'.
Propiedades
Entre sus beneficios, cabe destacar los siguientes, según el portal especializado 'Tua Saúde':
- Ayuda al cuerpo a producir colágeno. Contiene grandes cantidades de vitamina C, lo que ayuda al cuerpo a producir colágeno, una proteína importante de la piel que constituye la base de las células.
- Combate el estreñimiento. Es rico en fibras, principalmente pectina, que mejora el funcionamiento intestinal.
- Reduce el colesterol. Es rico en fibras, que disminuyen la absorción de grasas de los alimentos a nivel intestinal.
- Refuerza las articulaciones y los huesos. Sobre todo, en las personas más mayores. Además, mantienen la tensión arterial entre los deportistas y favorecen los niveles de ácido fólico.
- Ayuda a perder peso. Aumenta el tiempo de digestión de los alimentos en el estómago, promoviendo la saciedad a lo largo del día.
- Fortalece el sistema inmunológico. Sí, por ser rico en vitamina C y carotenoides, nutrientes que protegen las células del sistema inmune contra los radicales libres.
A tener en cuenta
Por lo general, la forma más habitual de tomar kiwi es tal cual, como fruta fresca, en el postre, aunque también se utiliza igualmente en fresco en los desayunos. Y, por si fuera poco, puede formar parte de dulces como tartas, batidos, helados o sorbetes.
También, se puede agregar en ensaladas exóticas como nota de diferenciación. Pese a que no sea muy común, se puede utilizar en platos salados junto con salmón, queso, tomates…