
Muchos españoles y españolas han dejado de lado el pan en sus dietas porque han escuchado que engorda, sin informarse lo más mínimo de todas y cada una de las ventajas nutricionales que ofrece. De hecho, se trata de un gran alimento y, sobre todo, esencial en nuestra dieta mediterránea.
En cifras, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda consumir 250 gramos de pan por persona y día, lo que se traduce en unos 40 o 50 gramos en cada comida. Como era previsible, España se sitúa a la cola de Europa en consumo de este producto y, actualmente, se posiciona en 37 kilos por persona y año, frente a los 130 kilos de los años 60.
En profundidad
Y es que, pese a que un 80% de la población asegura que le gusta, un 50% confiesa prescindir de él porque considera que no es saludable y engorda. Ahora bien, hay que reconocer que no todos los panes son iguales y que no es lo mismo consumir un pan industrial que uno artesanal elaborado con unos buenos ingredientes.
Ante este panorama, un gran porcentaje de personas se pregunta cuál es la mejor forma de conservar el pan, sobre todo si pertenece al segundo grupo. Y es que en función de dónde y cómo guardes el pan, este se puede acabar quedando duro, gomoso e incluso con moho.
Más detalles
Pues bien, el panadero holandés Joost Arijs ha confesado en público que "nunca" debes guardarlo en una bolsa de plástico. ¿El motivo? Está claro: impide el intercambio de aire y humedad con el exterior. Lo cual, evidentemente, ha generado cierto debate en las redes sociales.
Y esto no es lo peor: la bolsa se acaba humedeciendo en pocas horas, haciendo que el pan pierda su corteza crujiente y volviéndose blando y chicloso. Además, si se guarda el pan en una bolsa de plástico cerrada, las bacterias y los hongos que ya están en el ambiente se alimentan rápidamente en este entorno húmedo, facilitando la aparición de moho.
A tener en cuenta
Por tanto, la mejor manera es utilizar una bolsa de papel, puesto que es un envase que puede mantener el pan más fresco, dejándole respirar adecuadamente y haciendo que la corteza siga crujiente durante un poco más de tiempo que en una bolsa de plástico.
En paralelo, es recomendable que esté recubierta de parafina, algo que impide que el pan se seque con tiempo. Ahora bien, tampoco es un remedio milagroso.