
La Unión Europea trabaja en la reforma de la ley farmacéutica. Entre los objetivos que persigue, está atraer una mayor investigación de antibióticos al Viejo Continente. Ante este escenario, MSD urge a la autoridad a incluir bonos de exclusividad transferible (Vouchers) en la lista de incentivos, según ha indicado la presidenta y directora general de MSD en España durante el Encuentro Anual de la Industria Farmacéutica en España, organizado por Farmaindustria y la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander.
Una empresa que desarrolla un antibiótico innovador podría recibir un año adicional de protección de datos que puede aplicar a otro producto de su cartera o venderlo a otro laboratorio. "Los antibióticos y las resistencias antimicrobianas son algo muy peligrosos y sin unos incentivos no se va a llegar a producir más tratamientos", ha indicado Ana Argelich.
La actual normativa lleva vigente dos décadas. Y es que, la ciencia evoluciona y es necesario reformarla e incluir otras medidas. El objetivo de su renovación es mejorar la innovación, sobre todo, en necesidades médicas no cubiertas; la disponibilidad, el acceso temprano, y la competitividad.
Para incentivar la innovación, la futura ley recoge un periodo de tiempo extra de patente a los medicamentos que se investiguen en el Viejo Continente. Por ejemplo, para los fármacos dirigidos a enfermedades raras, se plantea una exclusividad de once años en el mercado siempre y cuando el tratamiento aborde una necesidad médica no cubierta. Este es solo un ejemplo.
También la normativa recoge prórrogas para tratamientos que reciban el sí para una indicación terapéutica adicional y proporcionen mayores beneficios en comparación con las terapias que ya se encuentran en el mercado; y aquellos que vayan dirigidos a patologías que aún no cuentan con una terapia, entre otros.
Pérdida de patente
El laboratorio MSD se enfrentará a la pérdida de patente de Keytruda, su antitumoral estrella, a finales de la década. Los biosimilares tendrán vía libre para entrar en el mercado, provocando una disminución de sus ventas. Ante este futuro hecho, la farmacéutica está desarrollando una versión subcutánea de este fármaco.
Keytruda está autorizado para tratar una larga lista de tipos de cáncer: de pulmón, melanoma, de vejiga, de cabeza y cuello, riñón y colorrectal, entre otros. Este medicamento fue el que más ingresó el año pasado a nivel mundial. En 2025 también ocupará el trono al registrar unas ventas por valor de 26.500 millones de euros, por delante de medicamentos como Ozempic de Novo Nordisk – ingresará alrededor de 20.000 millones – y Mounjaro de Lilly (17.350 millones), según estimaciones de Evaluate Pharma.